El Uso de la SEÑALIZACIÓN RÉDOX: Una Nueva Mirada hacia la SALUD | Ep.18

Los médicos son expertos en detectar lo que está mal en ti y te dan cosas para disminuir un problema.

Yo soy experto en darle a tu cuerpo lo mejor para que se potencie todo lo bueno que tienes.

Entonces yo me enfoco en lo bueno de tu cuerpo, la medicina se enfoca en detectarte lo malo.

Yo hablo siempre desde el desequilibrio bioenergético y frecuencial, pero no sabía que había una tecnología médica biológica desde la señalización Redox.

Para que se entienda, es la forma en la que las células se comunican entre sí y es como el encender y el apagar los interruptores de los procesos bioquímicos del cuerpo.

Cuando tú le devuelves al cuerpo la señalización Redox perfectamente equilibrada, una de las cosas que se activan es la neurogénesis.

Es que tenemos el código fuente.

¿Cómo no vamos a poder reconstruir algo que es inherente? Cuando tú equilibras y aumentas el flujo de electrones, potenciando el metabolismo, la expresión genética y la comunicación celular, todos los demás procesos del cuerpo funcionan bien.

Bienvenidas, bienvenidos a un episodio más de Salud en Frecuencia.

Y hoy tengo el gusto de compartir este tiempo con una persona que me inspiró su historia, que me inspiró toda la investigación que llevó a cabo gracias a un desafío en la vida, a situaciones complicadas que se nos presentan y que iniciamos una búsqueda, una búsqueda para encontrar un poco de luz, un poco de verdad y sobre todo de salud.

Hoy nos lo va a contar Iago Souto.

Y gracias a toda esta búsqueda, ¿cómo descubrió algo maravilloso que se llama la señalización Redox que creo que puede cambiar nuestra manera de entender la salud y nuestra vida? Iago, bienvenido.

Gracias por venir desde tan lejos.

Muchísimas gracias a ti, Laura, por la invitación.

Es un privilegio estar aquí.

Un gusto.

Bueno, Iago, pues cuéntanos.

Cuéntanos cómo empezó toda esta aventura.

¿Qué te hizo empezar esta búsqueda? ¿Qué pasó? Pues básicamente yo nací enfermo.

Mi primer recuerdo es en un quirófano.

Recuerdo que me operaron de vegetaciones, recuerdo que me durmieron y la cama era muy alta.

O sea, tenía como tres o cuatro años.

A partir de ahí, siempre he sido un niño enfermo, siempre quería hacer deporte, pero físicamente no estaba al nivel de los demás.

Y eso me hacía sentir curiosidad, cómo puedo hacer yo para llegar a ser como los demás y competir en igualdad.

Quería ser futbolista, pero nunca lo conseguí.

Pasaron los años, con 23, 24 años en el ejército, ya estaba resignado a vivir enfermo el resto de mi vida.

Y ahí fue cuando conocí algo de nutrición que me empezó a darme cuenta de que podía mejorar mi salud más allá de lo que me habían dicho los médicos.

A partir de ahí, empecé, progresé, estudié, practiqué.

Y cuando conseguí optimizar mi salud, entonces me casé y la vida me puso una mujer que tenía también problemillas de salud.

Con la nutrición se mejoró, pero después de dos abortos y dos embarazos, su situación declinó demasiado y ya solo con la nutrición no era suficiente.

Y eso fue lo que me llevó a una búsqueda de cuatro o cinco años donde empecé a probar todas las terapias naturales, todos los suplementos, todo lo que había para encontrar una forma de devolverle la salud a mi mujer.

¿Qué afección tenía? Pues no sabría decirte porque nunca quisimos ir a que le pusieran una etiqueta para que se encasillara.

Lo que sí te puedo decir es que después del segundo aborto, el tratamiento que le dieron para evitar el degrado le afectó tanto a nivel hormonal que empezó a engordar sin comer.

Empezó a estar muy cansada, se le caía el pelo, le dolía la cabeza al punto que tenía que encerrarse a oscuras tres, cuatro veces por semana.

Era como que no podía ejercer de madre, no podía ejercer de esposa y estaba muy frustrada.

Aparte ya tenía que trabajar igualmente.

Entonces, eso fue lo que me llevó a mí a decir si ahora con veintipocos años estás así, tenemos que encontrar una solución ahora porque como no cambiamos esto ahora, cuando tengas 30 o 40, la cosa no va a ir a mejor.

Y Yago, comprendo que vosotros fuisteis, lógicamente, a la medicina tradicional y después de tanta búsqueda, ¿cómo fue esa sensación de a lo mejor no encontrar respuestas, ese cansancio del que me hablas que decías ya no podemos seguir así? Mi mujer estaba muy frustrada porque la solución del médico era come menos y camina más.

Eso era todo lo que le decía el médico.

Y ella ya no comía casi nada y caminar no podía porque es que yo a veces lo tomaba en plan, en plan de risa, de gracia, porque yo veía mujeres embarazadas de nueve meses que caminaban más rápido por la calle que mi mujer.

Entonces, para no preocuparla y no frustrarla, es como que tratábamos de hacer broma con ese tipo de cosas.