"Ver la poesía, sentir los versos" homenaje a Francisco Brines.
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Actores y poetas se unen para dar vida a los versos de nuestro patrono y Premio Cervantes 2020, Francisco Brines, un recital de 10 poemas ambientado en Elca, su masía de verano y actual sede de la Fundación Francisco Brines.
Este homenaje está organizado conjuntamente con Poética 2.0, iniciativa que tiene como objetivo la difusión de la poesía a través del medio audiovisual y los dispositivos digitales. También ha colaborado la Fundación Francisco Brines, creada en 2019 para promover la difusión de su legado y apoyar la creación literaria.
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Ya todo es flor la rosa saloma en el camino y allí pasea el aire se estaciona á la luz y roza mi mirada la luz la flor el aire porque todo va al mar y larga sombra cae de los montes de plata pisa los breves huertos los pozos llega con su frío hasta el mar ya todo es paz la yedra desbordan el tejado con rumor de jardín jazmines alas suben por el azul del cielo las ramas del ciprés porque todo va al mar y el oscuro naranjo ha enviudado su flor para volar al viento cruza rondas alcobas dentro del mar ya todo es feliz vida y ante el verdor del pino los geranios la casa la blanca y silenciosa tiene abiertos balcones dentro vivimos todos porque todo va al mar el hombre mira el cielo que oscurece la tierra que su amor reconoce y siente su corazón la camina al mar porque todo va al mar no fui y ahora nada soy pero tú que aún existe es bebé goza de la vida y luego ven eres un buen amigo ya sé que hablas en serio porque lavable piedra la dicta este con vida no es tuyo el privilegio ni de nadie poder decir si es bueno o malo llegar ahí quien lea debe saber que el tuyo también es mi epitafio valgan tópicas frases por tópicas cenizas es que acaso estimáis que por creer en la inmortalidad os tendrá que ser dada es obra de la fe del egoísmo la desolación y si existe no importa no haber creído en ella respuestas ignorantes son todas las humanas se la muerte interroga seguid con vuestros ritos fastuosos ofrendas a los dioses grandes monumentos funerarios las cálidas plegarias vuestra esperanza ciega o acéptate el vacío que vendrá en donde ni siquiera soplara un viento estéril lo que habrá de venir será de todos pues no hay merecimiento en el nacer y nada justifica nuestra muerte más allá de la luz está la sombra y detrás de la sombra habrá luz ni sombra ni sonidos ni silencio llámale eternidad oh dios oh infierno o no le llames nada como si nada hubiera sucedido era en aquel viaje por las tierras dormidas de la arcadia para encontrar el templo en donde floreciera la primera sonrisa del capitel de cantos o de rosas allí donde la ausencia adusta del cestillo era un canto de fuego y de cigarra las columnas de piedra sostenían el pájaro y el cielo los pa pájaros azules el cielo derribado el féretro estival del tiempo destruido y todos se perdía y era eterno yo miraba en tus ojos el mundo que era estable y muy viejo y tú sonaba solo como la juventud y antes vi el mar en esas horas olas de la siesta cuando el sol enloquece su extensa superficie y brilla en aire de oro suspendido esa frescura eterna que hace dioses muy niños los ojos del que mira cuando llegan veloces y pausadas las velas lejanísimos y sólo existe el mar el cuerpo de una gloria azul e inacabable y aquel que lo contempla con ojos escondidos y la mirada ardiente el muchacho con un secreto amor también inacabable de sí mismo porque el mundo y la vida se hospedan sólo en él y nadie aun existía que a él le desplazara ni tu humana hermosura sigue aún el mar pero no la mirada ni las velas y el templo con las puertas cerradas es triste y es católico alguien me dio un abrazo de adiós definitivo en un andén muy agrio y en los espejos busco y arañó y no lo encuentro a ese que fui y se murió de mí y es ya mi inexistencia lo siento más extraño que a mí mismo cuando tienda a saberme desde mi ceguedad y todo sea el hueco y esto es así porque percibo un resto muy breve de su luz todavía yo sé que olí un jazmín en la infancia una tarde y no existió la tarde vives ya en la estación del