Verónica Giberti (Lic. en Cs. Ambientales. CPIA) La Picadita de los Sábados @picaditasabado

Tenemos una nueva columnista, Verónica Ghiberti, que es coordinadora del área de Gestión Ambiental de la Facultad de Agronomía de la UVA.

Ella nos va a hablar de todo lo que tenga que ver con ambiente.

Y hoy, justo en su primer columna, ayer hablábamos de esta relación que tenía Francisco con el ambiente, que creo que fue uno de los primeros papas en ponerlo sobre la mesa.

Pero mejor que lo cuente ella, la reina.

¿Cómo le va, Verónica Ghiberti? ¿Cómo va, María Esther? Hola, preciosa, ¿cómo está? Qué gustazo tenerla acá.

Igualmente, realmente estar acá es un placer y un honor que me hayas invitado a hacer esta columna.

Si nos seguimos tirando flores, seguimos.

Bueno, pero está bien, tiene que ser así.

Es verdad.

Reina, sí, yo decía que justo cuando estábamos hablando de las columnas, bueno, sucedió esto, y vos me dijiste, si unimos, te escuchamos.

Sí, claro, claro.

Miren, hoy a la mañana justo estaba mirando la televisión y se me caían las lágrimas.

Esto de lo que voy a hablar ahora tiene que ver con algo que un gran profesor mío, José Paruelo, nos hizo leer cuando surge la eudatosí ambiental hace muchos años.

Y ayer lo leí completo de vuelta y se me caen las lágrimas, realmente.

Bueno, voy a tratar de hacer una síntesis muy emotiva de lo que él decía, porque claramente no tiene que ver con lo que por ahí yo vengo trabajando tanto y me emociona poder escucharlo en sus palabras.

Además, porque, Vero, perdón, te interrumpo con esto, que lo diga el jefe de la iglesia, que lo ponga en una iglesia que no estaba hablando de esto, qué importancia para empezar a batallar a futuro.

Sí, pero vos sabés que a través de las religiones y a través de lo que él está diciendo, no es que recién empiezan a hablar de esto.

Esto surge ya desde los años 70, cuando nací, yo nací en el 70.

Ya en el 71 la iglesia empezó a hablar de esto.

Y él lo está... Ya mucho antes, San Francisco de Asís.

Así que ahora lo voy a leer un poquito para que ustedes lo entiendan, pero sobre todo más que lo entiendan desde el punto de vista ambiental, técnico, lo sientan emocionalmente como realmente lo que él quería que nosotros pudiéramos sentir, como que nos atraviese para poder entender de qué estamos hablando.

Así que él empieza a hablar y dice que San Francisco de Asís, santo patrono de quienes estudian y trabajan en torno a la ecología, amado también por quienes no son cristianos, porque era un ejemplo y no necesariamente hay que ser cristiano y practicante para poder entender esto.

Nos dejó un himno que resuena todavía con fuerza y decía, alabado seas mi señor por la hermana nuestra madre tierra, la cual nos sustenta y gobierna y produce diversos frutos con coloridas flores y hierba.

Él nos enseñó que cuando nos sentimos unidos a todo lo que existe, la sobriedad y el cuidado brotan de forma espontánea.

Por eso pedía, en el convento San Francisco pedía, que dejara una parte del huerto sin cultivar.

¿Saben que yo leo esto y me emociona? Porque hace una semana atrás, una de las enseñanzas que un chiquito maravilloso que ha crecido y que ha luchado para poder llegar a ser quien es, y es uno de aquellos que resurgen de los sectores más humildes, y hoy es casi doctor, les diría yo, enseñaba esto, enseñaba justamente, dejemos partes sin cultivar, porque la naturaleza tiene sabiduría y todo lo que surge desde ese sistema ayuda al entorno.

Y esta es una enseñanza de San Francisco de Asís, que Francisco nos está transmitiendo a través de su laudato sí.

Después dice, nos recuerda, el mundo es algo más que un problema a resolver, nos enseña que el ser humano es tierra, nuestro cuerpo está formado por los elementos del planeta, su aire nos da aliento, su agua nos vivifica.

Ya el papa Juan Pablo VI, en 1970, advertía que los avances técnicos y científicos, si no iban acompañados por auténtico progreso social y moral, podrían terminar volviéndose en contra.

O sea, ya en el año 70, estamos hablando de en 70, Juan Pablo II habló también a una conversión ecológica global, yo la llamaría ambiental global, por el sentido técnico que tengo en mi cabeza.

Ahora, cuidar el mundo supone cambios profundos, el desarrollo humano debe respetar a la persona