La vida asesina de Víctor Castigador

CRIMENES Y CRIMINALES con Luis Martín Edvalles. A veces, crimen llama a crimen. A veces es muy curioso como hay personas que parece que no tienen más que el camino del crimen, de la sangre, del asesinato. Algo así se podría decir de Víctor Castigador, un filipino nacido en 1954, quien decidió ir al Reino Unido en 1985 de forma ilegal e intentar ganarse la vida allí. Consiguió trabajo en una sala de juegos donde no se adaptó en exceso a las exigencias que tenía por parte del jefe. Llegó hasta tal punto su frustración, su enfado, su molestia, que decidió ganarse la vida de otra forma. ¿Cómo iba a ser aquello? Pues voy a atracar la propia sala de juegos en la que he trabajado, ya que la conozco y me iré una noche y así lo haré.

Junto con algunos cómplices, resulta que la noche del 2 de agosto de 1989 entró en aquella sala de juegos. El caso es que a todos los empleados que aún quedaban por allí, a punta de pistola, los fue obligando a ir a ciertos sitios. El caso es que Víctor Castigador no se quedaba contento y resulta que ataron a unos rehenes, a dos guardias y a una de las chicas que trabajaban allá también. Los rociaron con alcohol y Víctor Castigador les echó unas cerillas encendidas. De todos los trabajadores que secuestraron, que estuvieron allí retenidos y que luego incluso recibieron este castigo mortífero, por suerte, lo voy a decir entre comillas, por suerte, sólo murieron dos.

Los dos guardias de seguridad que quemaron por esas quemaduras. No tardaron el resto de los empleados que consiguieron salir con vida en identificar a Víctor Castigador y fue arrestado enseguida con uno de sus socios. El caso es que fue juzgado en febrero de 1990 y condenado por esos dos asesinatos. Otros intentos de asesinato y cargos de robo y demás. Y se convirtió en un preso bastante conocido, se puede decir. Porque aquel caso de la sala de juegos tuvo el nombre curioso de El Asesino de la Antorcha Humana. Es tremendo, porque este hombre, pues digamos, fue uno de los... He leído por ahí, en ese momento, había como 70 presos en el Reino Unido que debían de cumplir cadena perpetua, tal y como dice esa expresión.

La cadena perpetua, toda la vida en prisión, nada de 30 años y salir. Cadena perpetua para Víctor Castigador. Y bueno, quizá podríamos decir, pues ahí acaba. Resulta que ahí acaba la vida de Víctor Castigador. Está en la cárcel y no pasa nada más, ¿verdad? No pasa nada más, no. Pasa mucho más. Es capaz de darnos noticias. Resulta que, bueno, pues hay que acercarse a otro preso. A otro preso también horrendo, también poco amigable. El cual se llama Sidonio Teixeira. Este hombre, en 2008, es condenado a cadena perpetua por un brutal asesinato. El de su propia hija, de tres años.

Aparte del intento de asesinato de su otro hijo, de nueve.