La vida de Chuck-Stephen King y la adaptación más luminosa de su trayectoria, merecedor del Nobel de Literatura

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Soy de los que piensa que Stephen King, tanto por su calidad en el relato corto, como por sus novelas, muchas de ellas, convertidas en extraordinarias producciones cinematográficas, se merecería el Nobel de Literatura, tal y como propuso Luis Alberto de Cuenca con un grupo de intelectuales, destacando sobre todo en el género de terror, con novelas como El respaldador, It o Carrie, pero también en el suspense, con Misery, y por supuesto, por supuesto, por supuesto, en el drama, a través de la historia de los adolescentes, Cuenta conmigo, y en un drama carcelario como Cadena perpetua, con Morgan Freeman y Tim Robbins.

Además, no nos podemos olvidar de la extraordinaria cinta fantástica La milla verde.

El caso es que ha entrado con fuerza La vida de Chuck, la adaptación del director Mike Flanagan, experto en el cine de terror, que en esta ocasión nos ofrece un producto cinematográfico ciertamente atractivo, con un ligero toque fantástico, pero más cercana a Cuenta conmigo que a otro tipo de producciones macabras.

El caso es que nos encontramos con una historia en tres actos, que va de delante hacia atrás, en una bella historia que va de menos a más, al principio marcado por la intriga.

Los primeros 25 o 30 minutos hacen pensar en lo siguiente, en menudo bodrio me he metido, pero a partir de ese momento el giro es espectacular y casi cautivador, en la que nos topamos con momentos realmente vibrantes, con bailes espectaculares, situaciones emocionantes y simpáticas que te sacan la sonrisa, en la que disfrutas de la labor de secundarios de lujo, como el hombre del tiempo o los abuelos.

También disfrutamos de los profesores, a la vez que de la pareja protagonista en sus diferentes etapas de la vida, e interpretada por varios actores, aunque los dos pre-adolescentes te tocan el corazón.

El baile de Tom Hiddleston y Annalise Basso está muy bien y está inspirado en los clásicos del cine clásico, valga la redundancia, como Cantando bajo la lluvia y Los modelos de Gene Kelly.

Y como esta historia empieza al revés, terminamos con su argumento, en el que vemos a Marty y Felicity que investigan la descomposición del mundo mientras unen sus corazones tras un divorcio.

La película reflexiona sobre la búsqueda del bien común y la de encontrar la felicidad construida a través de los pequeños detalles y en familia.

Por cierto, el abuelo de esta historia es nada más y nada menos que el Star Wars Man-Hamil, es decir, Luke Skywalker.

Por último, las declaraciones del director son, valga la redundancia, una declaración de intenciones.

Mi prioridad son los personajes y que la acción respire verdad, sin embargo, admite, tras rodar ciertas escenas como la del baile, que sentía que quería hacer cosas más en ese estilo.

Necesitaba hacer la vida de Chuck para mis hijos, para que la tuvieran cuando Yuya no esté.

Posiblemente, esta sea la mejor película que ruede nunca.

Y la verdad es que, quitando ese arranque inicial, la película está realmente bien.

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