Viernes 11 de abril - Juan 10, 31-42. Agarraron piedras para apedrear a Jesús.

Agarraron piedras para apedrear a Jesús.

En la tradición cristiana, hoy, celebramos lo que se llama el Viernes de Dolores, y es un día en el que especialmente acompañamos a la Virgen, puesto que ella, viendo la tensión que ya había en Jerusalén, de hecho, fijaos que la palabra de vida de hoy es agarraron piedras para asesinar a Jesús, y como todo esto, que María guardaba todas las cosas en su corazón, que María conocía las profecías del Antiguo Testamento, sobre todo, las profecías de Isaías, del siervo, sabía que su hijo iba a ser triturado, molido, destruido, y bueno, de hecho, ella vio cómo cogían piedras para matar a su hijo, y por eso es un día muy bonito, ya a las puertas, el próximo domingo, pasado mañana ya es Domingo de Ramos, en este Viernes de Dolores, qué bonito es entender, de algún modo, cómo el corazón de María fue el lugar donde descansó Jesús, porque Jesús, entre todos los seres humanos, sabía que la única que le podía comprender, la única que le iba a acompañar, la única que iba a sostenerle con su propio dolor, era su madre.

Viernes de Dolores, la Virgen Dolorosa, de hecho, en muchos lugares hoy se canta o se reza el himno Stabat Mater, Stabat Mater Dolorosa, que es una composición, una poesía que después tantos autores musicales la han convertido en himnos y en joyas maravillosas, es entender, María, qué sucedió en tu corazón, a las puertas del Domingo de Ramos, qué sucedió en tu corazón cuando viste que habían decidido ya matar a tu hijo, no sé, cualquier madre que sepa que hay asesinos rondando alrededor de la casa porque quieren matar a su hijo, se rompería de dolor, y esto es lo que ella se dio cuenta, y esto es lo que ella vivía, y por tanto hoy es un día que, siendo viernes, viernes de cuaresma, haremos la abstinencia, en muchos lugares rezaremos el Via Crucis, pero hoy es un día que la Iglesia, desde hace muchos siglos, nos pide que acompañemos a María, nos pide que la cuidemos, porque es también nuestra madre y porque lo está pasando muy mal, nosotros no recordamos cosas que pasaron hace dos mil años, nosotros revivimos, entramos por la liturgia a compartir esos momentos, y por eso sí, hoy es un día para agradecerle a la Virgen que fuera tan valiente, para agradecerle a la Virgen que sea tan generosa, que cuando ella dijo aquí está la esclava del Señor, no era para sentarse en un trono maravilloso donde todo el mundo, entre comillas, como que le hiciera la ola, sino cuando dijo aquí está la esclava del Señor, lo dijo para estar al pie de la cruz, lo dijo para acompañar a su hijo hasta el final con todas sus consecuencias. El corazón de María es un corazón valiente, es un corazón de madre, es un corazón firme, es un corazón que se llenó del Espíritu Santo y que nos invita a que nos apoyemos en ella y a que aprendamos de ella para saber estar en la cruz.