Viernes 20 de junio - Mateo 6, 19-23. Donde está tu tesoro, allí estará tu corazón.

¿Dónde está tu tesoro? Allí estará tu corazón.

De vez en cuando a todos, pero especialmente a los cristianos, nos conviene darnos un paseo por dentro de nosotros mismos y preguntarnos cuáles son nuestros tesoros en el sentido de nuestros valores, porque es ahí donde pondremos nuestro corazón y será de todo eso de lo que dependerán nuestros sentimientos, nuestros deseos, y por eso pregúntate cuáles son tus principios o tus tesoros que tú consideras los más importantes de tu vida. Que mis niños estén muy guapos y muy bien peinados, que en el banco haya siempre un dinero suficiente, que tengamos para veranear en el apartamento de no sé qué.

Y a eso a veces lo podemos maximizar tanto que en función de que los niños vayan bien peinados o que tengas el banco a rebosar, puedes olvidarte otras cosas que son mucho más importantes. Que en mi familia haya comunión, que podamos compartir con otros la fortuna que a lo mejor la vida nos ha dado en el sentido de bienes pequeños, pero que los podemos… Es decir, ¿cuáles son tus verdaderos valores? Porque a veces esos valores son muy mundanos. Vestir bien, tener diversiones, éxitos tras éxito. Y dices, bueno, ¿y si un día no? Porque hay valores o hay tesoros que nadie te los puede arrebatar. Por ejemplo, pues el patrimonio espiritual que he recibido de tus padres, todo lo que te han enseñado, mantenerlo y hacerlo vida.

Lo que es tu familia, los vínculos del amor, mantenerlos y cultivar el amor como lo más importante y la comunicación como lo más importante que hay en tu vida. Si todos tus tesoros son los que las modas, los anuncios o el mundo te dice, es que estás perdido, es que estás desorientado y vas dando tumbos por la vida, porque en cuanto falla cualquiera de esos tesoros, viene la tristeza, viene el enfado, viene la falta de comunión con las personas y te puedes amargar la vida.

Y por eso, como decía al principio, ¿por qué no darte un paseo por dentro de ti y preguntarte? ¿Cuál ha sido mi último enfado? ¿Por qué he reñido en casa la última vez? ¿Cuál ha sido mi última tristeza, mi última decepción? ¿Por qué? ¿Por tema de notas? ¿Por tema de salir con amigos? ¿Por tema de ropa? ¿Por tema de vacaciones? ¿Por tema de que no me has entendido? Bueno, si todo eso son pequeñitas cosas de cada día, pero lo gordo, lo importante, hay que cuidarlo, porque si no al final habrás hecho que tu corazón esté centrado solamente en cosas que hoy están y mañana no, en cosas que son pasajeras, que se te van a olvidar dentro de tres minutos. Y tú tienes que elegir los principios que te definen como persona, que pueden ser materiales o pueden ser espirituales, que pueden ser temporales o que pueden ser eternos, pero tú decides, tú eliges quién quieres ser y para eso te dice Jesús, donde está tu tesoro, tu valor, ahí está tu corazón.