
Viernes 7 de febrero - Marcos 6, 14‐29. Es Juan, a quien yo decapité, que ha resucitado.

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Meditación del día 7 de febrero de 2025 Palabra de Vida
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Es juan a quien yo decapité que ha resucitado esta frase la pronuncia el rey herodes cuando tienen noticias de jesús de que estaba anunciando el reino y claro este rey tenía una conciencia muy tranquila sabía que había cometido un pecado muy grave y se pegado he sido decapitar a juan lo hizo borracho lo hizo por agradar a sus comensales y agradar pues a la que parecía que era su pareja en ese momento pero entonces en todo caso sabía que lo había hecho muy mal qué importante es que nosotros escuchemos nuestra conciencia la conciencia decía san juan pablo segundo es el santuario donde dios se comunica con el hombre y efectivamente nosotros sabemos que lo que está bien la conciencia de la prueba y lo que no está bien la conciencia se resiente la conciencia te recuerda estas desasosegado e inquieto y veamos qué suerte tenemos los creyentes que tenemos dos fuentes fundamentales una la revelación para que nuestra conciencia esté bien formada pero sobre todo los sacramentos y sobre todo y especialmente el sacramento de la reconciliación el sacramento de la penitencia para que tú puedas entregar a dios a través de este sacramento todo aquello que tú en conciencia sabes que no has hecho bien o que le has hecho mal o que lo has dejado de hacer digamos que viendo como el sacramento de la penitencia en la confesión le entregamos a jesús todos nuestros pensamientos o juicios interiores negativos desastrosos poco limpios también por supuesto le entregamos todas las palabras que han podido herir que han podido dividir que hayan podido confundir las obras las cosas que hemos hecho rematadamente mal y por último las omisiones que no es poco y a veces nuestra conciencia precisamente lo que nos acusa es de todo el amor que nos hemos dado de todo el bien que hemos dejado de hacer en esos momentos cuando te acercas a un sacerdote y dices en voz alta cuáles son tus pecados estás entregando a jesucristo a través de este sacramento a jesucristo crucificado estás entregando tus pecados para que su sangre preciosa los desintegre y entonces el limpia tu conciencia sólo jesús puede sanar nuestra conciencia sólo jesús derrama su sangre en la cruz por nosotros puede decir tu pecado ha sido perdonado como le decía ese hombre paralítico como lo dijo tantas veces las personas solo la palabra de jesús tiene autoridad para tranquilizar nuestra conciencia y por tanto claro que vale la pena que nosotros hagamos un buen examen de conciencia de vez en cuando y que seamos honestos que vivamos la verdad que no nos mintamos nosotros mismos lo que está mal está mal y me puedo arrepentir pero además del arrepentimiento personal un creyente necesita reconciliarse también con dios que por tanto si limpiemos nuestra conciencia entreguemos nuestra conciencia al señor y él desde luego nos devolverá la paz pues subió a la cruz precisamente para que fuera hemos o tuviéramos una conciencia limpia ante nuestro dios