Viernes Santo 18 de abril - Juan 18, 1 — 19, 42. Pasión de nuestro Señor Jesucristo

Pasión de nuestro Señor Jesucristo. Hoy es Viernes Santo. Fijaos, curiosamente hoy no se celebran misas, porque los oficios de hoy, que son los oficios de la pasión del Señor, no se celebra la Eucaristía. Es más, se comulga, sí, pero de lo que se consagró en la misa de ayer, en la misa en Chiena Domini. ¿Qué hacemos hoy Viernes Santo? Admirarnos, Hoy nos quedamos como profundamente consternados de lo que significa la muerte de Jesús.

Sabemos que Jesús es el único sacerdote, y de hecho ayer también celebrábamos la institución del sacerdocio, y Jesús, único sacerdote pontífice entre Dios y los hombres, abre precisamente ese puente que une la humanidad con la divinidad. ¿Nos reconcilia con Dios? Dios claro que estaba reconciliado con nosotros, pero nosotros teníamos un impedimento para llegar a Él, y para eso ofrece voluntariamente su vida.

Como cordero llevado al matadero, no abría la boca, sus heridas nos han curado, y con sus llagas, el castigo que tenía que caer sobre nosotros, Él lo asumió, y por sus llagas fuimos curados. Es impresionante la primera lectura de la misa de hoy, es impresionante cada año, siempre, el Viernes Santo, oímos la pasión, según San Juan, en la que al final, pues sí, de la mano de la Virgen, para terminar todo, le dice, mujer este es tu hijo, y dice el discípulo que desde aquella hora lo recibió en su casa, y Jesús entonces, sólo entonces, cuando nos entrega su cuerpo y su sangre en la Eucaristía, cuando nos entrega a su madre, puede decir, todo está cumplido.

Creo que es algo tan impactante el poder, de algún modo, estar a los pies de la cruz.

Hoy también podríamos ir con nuestra mente y nuestro corazón a estar en el Calvario, todos huyeron, estar en el Calvario no es cómodo, estar en el Calvario es siempre una situación… y sin embargo, María y el discípulo amado, permanecieron fieles. Todos tenemos vocación de ser discípulo amado, todos tenemos vocación de no huir de la cruz, y de acompañarle a Cristo, ¿cómo? Hoy, en la liturgia, por supuesto, pero todos los días, en esas pequeñas cruces que el Señor permite que sucedan, y que son una invitación también, por qué no decirlo, acompañarle en su cruz. Hoy además, en muchos lugares, se hará el Via Crucis, y diremos, te adoramos a Cristo y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo.

En la liturgia de hoy, además de escuchar la palabra, veneraremos la cruz, la haremos con una señal de respeto, y además haremos una oración universal, y recibiremos la sagrada comunión como un consuelo. Es verdad que no hay misa, es verdad que como que la iglesia aguarda un luto impresionante ante el desconcierto de la muerte del Salvador, pero no perdemos la esperanza. No perdemos la esperanza, y de la mano de la Virgen, vamos a acompañar a Jesús hasta el final.