Visitar y recibir visitas, todo un arte durante la Belle Époque
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En el siglo XIX, damas y caballeros intercambiaban visitas con regularidad siguiendo formalidades especiales.
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Estás escuchando curiosidades de la historia de historia national geografic hoy hablaremos del arte de visitar y recibir en casa durante el siglo diecinueve y hasta comienzos del veinte las relaciones sociales estaban sometidas a un severo protocolo que dejaba fuera de lugar a todo aquel que no lo siguiera cumplir las rígidas normas de cortesía y etiqueta propias de los ámbitos burgueses y aristocráticos era la señal indiscutible de que se pertenecía a una determinada clase social uno de los momentos principales en la vida social de la burguesía era visitar o recibir en casa aun en los casos en que se trataba de una visita acostumbrada la cortesía indicaba que había que anunciarla con anterioridad esto hizo que se impusiera el ritual de las tarjetas de visita una costumbre que ya existía en la antigua china y que se difundió en europa a partir del siglo dieciocho en un principio eran cartulinas estampadas sobre las que el titular escribía su nombre a mano en el siglo diecinueve se generalizaron las tarjetas impresas que tendían a ser de factura sin sin adornos y generalmente se limitaban a incluir el nombre del titular y aunque no siempre su dirección convertidas en una herramienta imprescindible de etiqueta las tarjetas debían utilizarse según un código que todos conocían en determinadas circunstancias podían enviarse por correo pero lo normal y eran entregarlas a mano el visitante le ofrecía al criado que le abría la puerta o más bien le depositaba en la bandeja que éste le presentaba un pequeño pliegue en la esquina superior derecha de la tarjeta significaba que la persona le había entregado personalmente en lugar de enviarla mediante un intermediario si el anfitrión estaba en casa y podía recibir al visitante se le hacía pasar pero habitualmente era necesario que el anfitrión remitiera otra tarjeta al invitado en señal de que se le admitía con agrado si este último no recibía la tarjeta de vuelta era señal de que su presencia no era bien recibida en algunos lugares esto último se daba a entender enviando la tarjeta dentro de un sobre había múltiples motivos para hacer visitas podria tratarse de un encuentro de cortesía con un allegado con una persona con quien se tenía obligaciones cuando alguien se instalaba en una nueva ciudad repartía su tarjeta a las personas que le habían sido recomendadas previamente y hacía lo propio para despedirse en caso de marchar de la ciudad también se dejaban tarjetas para transmitir las felicitaciones por un anuncio de boda o un nacimiento o por el contrario para expresar las condolencias en el caso de un acontecimiento luctuoso a veces la finalidad de la visita se indicaba en la tarjeta mediante unas iniciales por ejemplo las visitas para despedirse se marcaban pepe c abreviatura del francés post pandora cónyuge que también se usaba en países no francófonos en algunas casas se fijaban unas horas y unos días concretos a la semana en los que se recibía como si decían el lenguaje de la época y algunas tarjetas de visita incluían precisamente esta información las familias que tenían esta costumbre debían coordinarse para evitar que es eso la pasé en las visitas entre las personas de un mismo círculo en este caso se podría acudir sin anunciarse pero al salir se dejaba la tarjeta en una van deja para que la anfitriona guardará constancia podía en fin tratarse de una comida o de una cena en cuyo caso la invitación debía hacerse por escrito y la respuesta no debía demorarse más de veinticuatro horas en caso de no poder acudir convenía aducir un motivo de peso para no ofender al remitente había circunstancias que podían interrumpir el ciclo de las visitas según las normas de cortesía cuando moría un familiar se abría un periodo de luto cuya duración variaba en función del grado de parentesco del difunto en el que quedaban vetadas las visitas y las salidas excepto para asistir a la iglesia en estos casos la perso una que estaba de luto debía utilizar tarjetas papel y sobres blancos con una franja negra cuando el luto finalizaba y se reanudaba la vida social se enviaban tarjetas amigos y conocidos para avisar de que de nuevo se podía recibir y hacer visitas el día de la reunión el invitado debía llegar unos minutos antes de la hora estipulada pero jamás con demasiada antelación si en la casa donde se recibía coincidían varios asistentes que no se conocían entre sí se tenía que proceder a las presentaciones siempre debía presentarse la persona de rango inferior a la de condición superior el caballero a la dama y los solteros a los casados por supuesto el beso o el abrazo estaban veda dos para saludar