Vivian Mena y su pasión por la pediatría cubana

Pasión, orgullo, compromiso y ética. Así se define Vivian Rosario Mena Miranda, pediatra de profesión, cuyo testimonio de vida y vocación está marcado por más de cuatro décadas de entrega a la salud infantil en Cuba. Es doctor en ciencias y especialista en pediatría de primero y segundo grado e inició su trayectoria profesional en el pediátrico de Centro Habana en el año 1984.

Ser pediatra para mí ha sido muy importante porque realmente he pasado más de dos terceras partes de mi vida en función de la pediatría. En realidad lo tenía bien claro desde muy joven, desde el año 1980 decidí que iba a ser alumna ayudante de pediatría y justamente en ese momento nunca me he desvinculado de la especialidad. Actualmente se desempeña como vicepresidenta de la Sociedad Cubana de Pediatría, desde donde impulsa un enfoque holístico en la formación de profesionales. Es un privilegio esta especialidad porque tiene el concepto de que ve al ser humano desde el nacimiento hasta los 18 años de edad.

Uno tiene la posibilidad de hacer medicina no solamente preventiva, también curativa y el pediatra se convierte en un educador. Realmente el pediatra, independientemente de los lugares donde trabaje, se convierte en la confianza de la familia, en la cual tiene la obligación de guiarla en cualquier puesto de trabajo, en la atención y concentración de los problemas de su niño. No solamente salud mental, salud física, sino también cómo insertarse en la sociedad y cómo ser cada vez mejor.

Con experiencia en atención secundaria y en terapia intensiva también destacan sus valoraciones. El papel de esta especialidad dentro de la medicina es revolucionaria. Realmente el pediatra tiene una función muy importante porque llega a ser uno más de la familia cuando trabaja en atención primaria o ya trabaja en atención secundaria, en terapia intensiva y desde el punto de vista en ese puesto de trabajo es el que es capaz de acompañar a los padres en un proceso, educarlos y si quiera dar noticias de alegría y a veces de consuelo.

Además de su labor asistencial ha sido formadora activa de recursos humanos en el sector. Para mí ha sido muy importante no solamente mi función desde el punto de vista de asistencial sino que he formado parte activa en la formación de recursos humanos. Por lo tanto los pediatras tenemos como concepto lo más importante ser humanitario, ser solidario y por supuesto ser intelectuales capaces que responden a cada momento de la sociedad. La doctora Vivian Mena encarna ese compromiso ético, sensibilidad y excelencia profesional que distinguen a los héroes de bata blanca en la pediatría cubana.

Isabel Díaz González en Radio Rebelde