Voces del Misterio 7tv: El sorprendente misterio de la Virgen de Guadalupe

Buenas noches y bienvenidos aquí, a este programa de Siete Televisión Andalucía y que pretende hacerle un recorrido por el mundo del misterio, un recorrido por lo desconocido, por lo oculto, por la historia secreta, por todo aquello, al fin y al cabo, que implica un misterio.

Programas, estos últimos, en los que estamos hablando de reliquias, de reliquias propias de estas fechas que vivimos y que indudablemente tienen su momento álgido con la Semana Santa.

Pues, si ya hemos dedicado un programa a la Sabana Santa, si hemos dedicado un programa también de carácter bastante científico e histórico sobre lo que es el Sudáreo de Oviedo, hoy permítanme que viajemos a otro punto, a otro punto del mundo.

Antes decir que nuestro programa, en estas últimas semanas, estamos hablando de reliquias, pero que volveremos a retomar el camino de los misterios de Andalucía, como no puede ser de otra forma, y donde volveremos a hablar de ovnis, de casas encantadas, de apariciones marianas, de fantasmas, en todo lo que son nuestras provincias, las provincias que forman nuestra comunidad autónoma andaluza, aquí en Siete Televisión.

Hoy viajamos a México.

Fíjense que si hay una reliquia venerada, y si hay una imagen que crea y que provoca pasiones en lo que es nuestro mundo, esa es, sin duda alguna, la de la Virgen de Guadalupe, aquella que se le apareció, o se le manifestó, al indio Juan Diego en el cerro del Tepeyac.

Los milagros de la Virgen de Guadalupe traspasan todo lo que es el carácter científico y lo que es también todas las fronteras de México.

Sus fieles los encontramos en todo el mundo.

Su fama se aplica también a todo el mundo.

Y cada 12 de diciembre se produce una peregrinación muy importante en la que todo el mundo va a dar las gracias a la guadalupana, a la Virgen de Guadalupe.

Su historia se remonta al año 1531.

Nos vamos a ir al cerro del Tepeyac, donde hoy encontramos el norte de México, D.F., que realmente hoy es Ciudad de México.

La Virgen se le apareció al indio Juan Diego, a Juan Diego Cuadratuasín, que había sido bautizado ya al cristianismo como Juan Diego por los frailes franciscanos.

El 9 de diciembre de aquel año, él escuchó su nombre en el cantar de unos pájaros.

Se dirigió a un sitio donde provenía una voz y allí se dio una primera aparición.

La Virgen, que a él se le manifestó, le expresó que deseaba allí mismo, en aquel lugar, en el cerro del Tepeyac, la construcción de una ermita.

Obediente, Juan Diego fue rápidamente a comunicárselo al obispo Juan de Sumárraga, quien como autoridad católica no le creyó y el hombre, Juan Diego, postrado, pues volvió de nuevo a lo que es ese cerro y la Virgen se le aparece nuevamente.

Y volvió a pedirle a Juan Diego que visitara al obispo.

Pero las palabras de la Virgen no fueron suficientes para conocer lo que fue la incredulidad y la terquedad de Juan de Sumárraga.

Por eso tuvo que hacer tres milagros.

El primero, pues el primero de ellos, curó al tío de Juan Diego, quien estaba muy mal de salud y fue canonizado por el Papa Juan Pablo II.

El segundo fue que hizo brotar unas flores muy hermosas en pleno invierno y en una zona sin flores de ese tipo.

Unas flores que eran rosas de castilla, flores que fueron recogidas por el indio Juan Diego en su hallate, en el poncho, que nosotros llamaríamos, y que en ese hallate...