Está un patriota en San Anacui, en el aire sentando voces de la tierra.

Encuentro con las tradiciones que dieron origen a nuestra identidad, y en duple.

Al llegar las 3 de la tarde en California, abrimos la transeña imaginaria para soltar a los cuatro vientos.

Este sentimiento que llamamos Voces de la Tierra.

Y así es, y hoy comenzamos también el conuscar del cerro.

Porque para todas las cosas en la vida, mire, ¿sabe qué hay que hacer? Cortando redondo.

El viento tan solo por comparar, que esta jugada la cojo por, Podido pasar como alambrado caído a su cara.

El caucho bien seguro me ve, haciendo esta atropellada.

No es porque es pura parada como caballo emilico.

Uno se siente pa', a ver quién tiene más juego.

Jamás ruego, ni he tenido una rogada, me siento tan satisfecho.

Que ando sacando más pecho que China recién casada.

To' nos son tropezones del tranquense, que me batean con tanta ponderación.

Narra cuestiones, dejo estos versos parejos.

Si encandilan mis reflejos, es pa' que vayan a saber.

Que no me anduve durmiendo jibua.

Que los perros vienen.

Comenzamos con este programa, que es el número 920.

920, bueno, no sé cuánta gente habrá que haya escuchado los 900, cosa que no creo, que me gustaría mucho que fuese así.

Pero hay mucha gente que de todas maneras, que no llegan a los 920, pero bueno, ahí estamos.

Y como digo, cortando redondo.

A veces uno se refugia en los cantores de milonga, en los cantores sureros.

Todo el canto argentino tiene un motivo y un porqué.

Pero los de la milonga, los que son capaces de una payada, esos son seres muy especiales.

Porque ellos te dicen la justa, ¿viste? Ni más, ni menos.