La Voz Colchonera Cap. 139 - Una de cal y otra de arena

Hola colchoneros, teniendo en cuenta el rendimiento que está ofreciendo el Atlético de Madrid, en el Metropolitano y a domicilio, podríamos empezar el programa así.

Sí, porque nos las prometíamos muy felices tras la goleada en el derbi, en dosar de otra manita a la Intra de Frankfurt tres días más tarde en la Champions, en otra gran actuación de los hombres del Cholo. Pero el desplazamiento a Vigo nos devolvió la cruda realidad, la de un atleti inoperante lejos de casa y que como foraneo aún no conoce el triunfo esta campaña, en ninguna de las dos competiciones en que se encuentra inmerso.

En descargo de los de Simeone hay que decir que en los primeros 40 minutos frente al Celta rayó a buen nivel, se adelantó en el marcador en el minuto 6, gozó de dos o tres oportunidades claras que fueron desperdiciadas, dominó el juego desde la posesión, ojo que alguno debió de sufrir ataques epilécticos ante tal circunstancia, pero acabó inmolándose, o mejor dicho fue el Englet quien ocasionó el derrumbe del conjunto rojiblanco.

Porque no es normal que un central que ya está amonestado, se permita el lujo de agarrar a un rival en el centro del campo en una jugada intrascendente, por mucho que dicho agarrón fuera muy leve y se pueda dudar de que justifique una segunda tarjeta amarilla. No se puede cometer semejante imprudencia, y menos teniendo sobre el césped a un ínclito trencilla, el tal Soto Grado, que a partir de ese momento y con el Atleti en inferioridad numérica, dio una masterclass de cómo realizar un arbitraje parcial, infame y nauseabundo, masacrando al equipo colchonero.

De fútbol se puede hablar poco teniendo en cuenta que el Atlético jugó con un hombre menos durante más de 55 minutos. Demasiado hizo el cuadro rojiblanco, salvando un punto después de la enésima deposición en forma de error del Englet, quien conforma junto a Lenormand una pareja de centrales tétrica, en la que los regalos y los abrazos cariñosísimos a los contrarios, son el pan nuestro de cada día. Y mientras tanto, Jiménez recién restablecido de una enigmática lesión, y nuestro mejor zaguero, Hansko, haciendo las veces de lateral izquierdo. Por tanto, lo que parecía una recuperación absoluta de la escuadra de Simeone, debemos dejarlo por el momento en cuarentena.

Y no por la distancia con los equipos que ocupan la cabeza de la tabla, sino porque mientras el Atlético de Madrid no corrija su deficiente rendimiento a domicilio, no podrá competir por nada. Y en estas llega un nuevo y apasionante parón de selecciones. En estos primeros días en que la competición de clubes se detiene, estábamos prestos y dispuestos a iniciar la sucesión de bostezos, típica de estos periodos, cuando el Atlético de Madrid nos sorprendió este martes con el anuncio de que Mateo Alemáen se incorpora al club como director de fútbol, convirtiéndose en máximo responsable deportivo del primer equipo masculino y del Atlético madrileño.

Todos recordamos que Alemáen estuvo a punto de regalar en la entidad colchonera hace dos años, pero el hecho de que Andrea Berta ocupara el cargo de director deportivo en aquel momento, y las exigencias del ejecutivo Mayorquín, que pretendía acometer una gran transformación de la plantilla, hicieron que Miguel Ángel Gil desechara su incorporación. Sin embargo, su llegada ahora al club ha generado desconcierto entre los aficionados. Sabemos cómo se las gasta Alemáen, que tiene las ideas muy claras y no admite injerencias en su trabajo. Y también sabemos, o intuimos, que eso sería incompatible con la agencia de compraventa de jugadores, a la que los Giles y Cerezos nos tienen acostumbrados desde el año 1987.

Así que las elucubraciones nos encaminan a pensar que Apolo, el fondo de inversión que supuestamente habría adquirido el 51% de las acciones del Atlético, es quien ha forzado a los actuales dirigentes para admitir la llegada de Alemáen. Una excelente noticia sobre el papel, siempre y cuando se permita trabajar al Mayorquín con libertad y plena autonomía. Su carrera como dirigente y director deportivo es una garantía y podría constituir el trampolín perfecto para que el Atlético dé el salto que hasta ahora le ha negado un proyecto deportivo errático. Desde luego, Mateo Alemáen llega con las ideas muy claras y un objetivo en la mente, ganar.

Soy una persona tremendamente exigente para empezar conmigo mismo y por tanto también muy ambicioso. Entonces yo nunca pongo límites a mis objetivos y no lo voy a empezar a hacer ahora ya a estas alturas de carrera. Siendo consciente y hay que ser siempre consciente de las posibilidades de cada uno y tener en cuenta...