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Vuelo de Regreso: enganchado César Piscoya es un amigo que conoció de joven a Robert Prevost en Perú

Vuelo de Regreso: enganchado César Piscoya es un amigo que conoció de joven a Robert Prevost en Perú

5/9/2025 · 14:26
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Gisela y Santiago hablaron con enganchado César Piscoya es un amigo que conoció de joven a Robert Prevost en Perú y se hizo amigo, en sus inicios, en Chiclayo

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Joven al nuestro papa, se hizo amigo en sus inicios allí en Giclacho. Muy buenas tardes César, aquí Santiago Pondesica, Gisela Larsen, ¿cómo estás? Pues muy buenas tardes Santiago, Gisela, gracias por este espacio y bueno para continuar el diálogo y para servirles. Bueno, contanos dónde conociste a Robert, dónde conociste al nuevo papa.

La experiencia y el primer encuentro fue a finales del año 1996, cuando él era promotor nacional de los Agustinos y va a casa a recogerme porque yo había decidido ser Agustino, entonces los primeros gestos que yo recuerdo de él y que me tocaron y me movieron mucho en mi decisión, fue que él calmó las lágrimas de mi madre, porque toda madre cuando un hijo decide ser Dios se suele llorar, y también calmó la desesperación de mi padre que no podía colmarlo. Él habló con ellos, él estuvo pues allí sentado, recuerdo, en la sala, conversando, dándole tranquilidad y yo más bien feliz de que me venía a recoger.

Yo recuerdo que saqué la bicicleta, saqué la computadora, porque yo entendía que los Agustinos componíamos los bienes en común, compartíamos los bienes con otros. Así que esa fue la primera experiencia, nos montamos en la camioneta y en el camión estábamos hablando de lo que estábamos viviendo y de cómo habíamos quedado un poco este momento con mi madre y también lo que yo pensaba y lo que yo quería.

¿Qué edad tenías en ese momento? Pues mira, si yo estoy desde el 94 al 96, 22 años, si estoy sumando mal.

22 años, eras chico, digamos, ya no eras adolescente, pero eras chico dentro de todo.

Definitivamente, muy joven, porque yo igual entré a la universidad a los 15 años y era muy pequeño. Jugué todo entre 10 y todo lo que a esa edad uno todavía tiene como sueños, ¿no? Claro, claro. ¿Qué te pasaba en ese momento? Vos hablabas de, bueno, digamos, los Agustinos te habían de alguna manera obnubilado, ¿en qué? ¿Por qué esa orden? Mira, hay algo que nos pide siempre a las personas y son nuestras actitudes, nuestro carácter, ¿verdad? Yo, no solamente porque en Chiclayo, y Chiclayo es la ciudad de la amistad, particularmente yo soy una persona muy alegre, muy entusiasta, muy acogedora. Soy muy desprendida con lo mío y eso fue lo que la comunidad de los Agustinos me ofreció.

Había sintonía en el estilo de vida de ellos y, por eso, cuando yo hablo de Roberto, lo hablo desde ese, su ser Agustino.

Claro.

¿Cómo es Roberto como persona? Sabemos que le gustan los deportes, ayer hablamos del tenis, porque creo que conoces ya por qué hablamos del tema, porque él, cuando está cruzando hace días la plaza hacia el Vaticano, un periodista se le acerca, pensaba que iba a ser el próximo Papa, y él dice, no, no, he perdido, soy fanático del tenis, y desde que Francisco me nombró aquí, en el cargo, ya no puedo jugar más al tenis, así que lo que quiero es volver a jugar al tenis.

Así que nosotros nos divertimos un poco pensando si volver a jugar o no, pero sabemos que es un amante, un hombre, que le gustan mucho los deportes. Contanos un poco su vida personal y eso que pudiste compartir con él.

Los años que me tocó compartir en mi juventud fueron este deseo de siempre estar frente al mar, le gustaba mucho nadar, le gustaba bastante nadar.

Él poco jugaba el fútbol o el fulmito, como decimos aquí en Perú. Algunas veces encestaba de rato en rato cuando jugaba algo de básquet, pero fundamentalmente su placer y su gusto por el tenis, como les han narrado, eran como sus pasatiempos.

Pero también, y yo lo miraba en eso, tenía un pasatiempo que era muy de todos los días, incluso en los viajes, lectura constante y permanente de esas grandes obras que uno se compra cuando está en el aeropuerto. Ese era un poco su hobby, su hobby de Roberto.

¿Cómo es el ánimo? ¿Es una persona alegre, que se ríe? Porque siempre nosotros nos recordamos a nuestro Papa Francisco, era un hombre muy serio, realmente era difícil sacarle una sonrisa hasta que llegó a Papa. Pero ¿cómo era la vida común el Papa y el Roberto?

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