Description of Yo soy la resurrección
Meditaciones preparadas (aunque no exclusivamente) para hacer un retiro espiritual y mejorar en su vida cristiana, de oración y de trato con Dios. A cargo del Padre Ricardo Sada Fernández de México.
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Señor de la Santa Cruz de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios nuestro, en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Señor mío y Dios mío, creo firmemente que estás aquí, que me ves, que me oyes. Te adoro con profunda reverencia.
Te pido perdón de mis pecados y gracia para ser con fruto de este rato de oración.
Madre mía inmaculada, San José mi Padre y Señor, ángel de mi guarda, interceded por mí.
Marta y María mandaron a decir a Jesús, Señor aquel a quien amas esté enfermo.
Y cuando Jesús acude al llamado de las hermanas por a ver a Lázaro, pues se encuentra con que está ya sepultado cuatro días.
Así que lo habían sepultado. En cuanto Marta oyó que Jesús llegaba, salió a su encuentro.
María en cambio permaneció en casa. Marta le dijo a Jesús, Señor si hubieras estado aquí no habría muerto mi hermano.
Pero aún así sé que todo lo que le pidas a Dios te lo concederá.
Jesús le dijo, tu hermano resucitará. Marta respondió, sé que resucitará en la resurrección en el último día.
Tenía fe en este dogma que a veces se nos olvida. Va a resucitar.
Y Jesús me dijo, yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí aunque haya muerto vivirá.
Y todo el que vive y cree en mí no morirá para siempre. Yo soy la resurrección.
Pues es bonito pensar como Jesús emplea esa fórmula como tan determinada.
No solo en este momento sino en otros muchos. Yo soy la resurrección. Yo soy la vida.
Había dicho también, no sé, yo soy el camino.
O yo soy cuando le hablaban de la identidad con el Padre.
Con ese eco del pasaje del éxodo donde Yahvé le dice a Moisés, yo soy, yo soy, yo soy el que soy.
En este caso nos habla de la resurrección y la vida. Yo soy.
Nos podría haber dicho, yo te voy a decir como vas a resucitar.
Te voy a dar las reglas para que puedas resucitar.
Yo soy la resurrección.
La manera de resucitar es él, a través de él, en la unión con él.
Pues el que cree en mí aunque haya muerto vivirá y todo el que vive y cree en mí no morirá para siempre.
O sea, tendrá siempre vida. Será alguien que viva por toda la eternidad.
El que cree en mí.
Son maravillosas promesas que nos pueden dar consuelo.
También, por ejemplo, para nuestros difuntos. Es que vive para siempre.
Murió en Cristo. Vivirá para siempre.
¿Crees tú esto? Sí, Señor. Creo que Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios que ha venido al mundo.
Y Marta puso eso en una confesión de fe muy bonita.
Tú eres el Mesías, el Señor de la vida.
El Hijo de Dios, el mismo Dios sobre el que la muerte no manda.
Y entonces tenemos que pedirle al Espíritu Santo que nos ilumine para comprender cómo nos hacemos eternos en la unión con el Señor.
En Él somos eternos, no fuera de Él.
No hay otra manera de ser eternos. No hay otra manera de salvarnos sino en Cristo.
Y no sólo porque hagamos lo que Él dice, porque cumplamos sus fundamentos, sino porque hay una unión de unos con otros.
Una unión absolutamente íntima.
Y la eternidad no existe porque es un concepto abstracto.
No existe. No existe.
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