Yo tenía un plan, pero Dios un propósito - Diácono Alejandro Chaparro

Increíble que ya estemos a 2 de febrero, estaba ahí nada más, pero volando, muy rápido
y en tan corto tiempo, han habido muchas noticias, hay mucho ruido a nivel mundial
eso, todo lo que viene pasando, lo que pasó el domingo pasado con nuestro país y Estados Unidos
la posesión de Trump, la posesión de un presidente autoritario en Venezuela
hay mucho ruido, y también eso genera tal vez mucha incertidumbre, ¿qué hacemos?
¿para dónde nos vamos? Están vendiendo lotes baratos en Bolivia, si a alguien le interesa
las cosas como que no están bien, ¿qué va a pasar con la economía?
¿qué va a pasar con nuestro gobierno? ¿por quién hay que votar? ¿respaldamos o no respaldamos?
Y pues genera una cantidad de cosas, de circunstancias, que creo que en el corazón de cada familia
de cada empresario, de cada joven, surgen preguntas, ¿qué va a pasar con nosotros?
¿consigno, no consigno? ¿guardo el dinero? ¿trabajo, no trabajo?
Y pues son las preguntas y las decisiones que tenemos que tomar todos nosotros, decisiones
Creo que nosotros todos cargamos tres maletas en la vida, el pasado, el presente y el futuro
y las empezamos a llenar de una cantidad de circunstancias, muchos las llevamos las tres
al tiempo y es muy difícil caminar en esta tierra, las decisiones que tomamos ayer,
las consecuencias las tenemos hoy y estamos angustiados por lo que va a venir, entonces
cargar esas maletas y las estamos llenando de una cantidad de circunstancias que tal vez
no sirven para nada, es importante entender que nuestras decisiones delante de Dios son
muy importantes, vayamos a la palabra, dice el libro de Nahum, capítulo 1, versículo 7
Nahum es un libro de la Biblia, profeta menor, antiguo testamento, Nahum 1,7
¿Qué nos dice hoy? Bueno es el Señor el refugio en el día de la angustia y conoce a los que en él confían
Padre yo te doy gracias, gracias en el nombre de Jesús en esta mañana que nos da la oportunidad
de reunirnos en tu casa Señor, vernos con nuestros amigos, con nuestra familia para escuchar
ese regalo que tienes hoy para nosotros, te pedimos en el nombre de Jesús que sea tu Espíritu Santo
administrando esta reunión Señor, las palabras que tú traigas a nuestro corazón y que nos permita
Señor, reconfortarnos, aliviarnos Señor y enfocarnos en ese regalo que tú nos das que es
tenerte en el corazón, te damos gracias en el precioso nombre de Jesús, amén y amén
Les voy a contar una historia, me voy a remontar a algo así como abril del 2001, estaba más joven
¿no? abril del 2001, en ese momento con Paula las cosas no iban muy bien, llevábamos cuatro años
de casados, cuatro años y medio de casados y tal vez habíamos tomado la separación como una opción
Laurita ya estaba con nosotros, tenía cuatro años, cuatro años y medio y las cosas no estaban
funcionando muy bien, pero nos pusimos de acuerdo para algo en ese momento, creo que fue para lo
único que nos pusimos de acuerdo y es que no fuéramos del país, nos fuimos para Estados Unidos
viajamos el 6 de julio del año 2001, llegamos allá, yo tenía un plan, yo dije bueno ya arreglamos aquí
una platica y pues ya como veníamos con una decisión, pues finalmente nuestro matrimonio no
va a funcionar, mis planes, mis pensamientos que no provenían de Dios, ¿de quién provenían?
comenzamos, empezamos a vivir una vida diferente, nos presentaron un lindo hombre de Dios, un pastor
de una iglesia bautista y nos involucramos, reconocimos al Señor, empezó a haber una
restauración de manera personal en nuestra vida, empezamos a crecer, a servir y pues fue
un escenario muy interesante, el Señor entró a nuestra vida y cambió esa tristeza en alegría,
cambió ese lamento en baile como lo dice la palabra, llegamos a casa sobre la roca año y
medio después y a las dos semanas ya empezamos a servir en el Ministerio de Casados, que se
llamaba Aquila y Priscila, fue un tiempo lindo, fue un tiempo muy chévere, ya empezamos a
restaurarnos como matrimonio, conocimos unos lindos amigos.