YOSDANY: MARINA CUESTA MADRIGAL ES LA JEFA DE CONTROL DE LA CALIDAD EN LA EMPRESA DE PRODUCTOS LÁCTEOS RÍO ZAZA

Marina Cuesta Madrigal es la jefa del Departamento de Calidad en la empresa de productos lácteos Río Saza de Santa Espíritus, donde vela desde hace 42 años porque alimentos como la leche y el queso cumplan con los más estrictos parámetros higiénicos sanitarios antes de llegar a la mesa del pueblo.

Soy graduada de alimentos, me gusta lo que estudié y estoy dedicada a esa labor.

Hay tantas cosas que hacer, yo hago los análisis que haya que tener y cualquier cosa que haya que hacer.

En los 42 años de trabajo han pasado por aquí bastantes estudiantes, bastantes muchachos y todos han aprendido un poquito de lo que yo sé enseñarles.

Y hasta ahora aquí hay trabajadores que yo les he enseñado y actualmente se cuentan trabajando aquí.

¿Cuándo la leche se corta? Bueno, cuando la leche se pone ácida nosotros hacemos varios análisis y nos sentimos afectados porque es una leche que no va a ir a la población, que se dedica a otras funciones, no se echa a perder, pero si hace masa para fundir, se coge para otras cosas, pero no se le da a la población que es lo que hace falta dar.

Porque es una leche que no va a llegar a su destino, que es para hacer la necesidad del pueblo.

Bueno, los inicios eran diferentes porque ahora la tecnología es más avanzada, se aprende más pero con menos.

Y nosotros cuando empezamos a trabajar la fábrica era nueva, había más productos, había de todo.

A Marina hay que imaginarla mientras camina entre mangueras, probetas y filas de tambores de leche Mientras se realiza el recuento de microorganismos y es que allí los parámetros técnicos son pocos, pero gigantes en sus consecuencias cuando ocurre un error.

Aquí susto hay bastante porque cuando uno se la echa a perder un silo uno se altera, se asusta, porque hace 20 análisis pero al final ese silo se echó a perder y hay que utilizarlo en otros productos, inclusive en otras locaciones se utilizaba para destino animal.

Eso es una cosa que a uno le duele, pues son cosas que no van para la población, que van para otro destino, que no es el que uno desea que sea.

Uno se siente orgulloso del trabajo que realiza porque a veces te elogian, la mayoría de las veces hay cosas buenas que uno hace, no solamente la leche, los otros productos que se hacen, queso crema, la mantequilla, el yogur, el helado, la gente lo ve bueno y entonces uno se siente con la satisfacción de haber hecho bien el trabajo.

También en la esfera íntima Marina ha sido formadora, madre y ejemplo para su hijo, aunque desde hace algunos años ya no trabajan juntos.

Bueno, mi hijo trabajó muchos años aquí en la fábrica, en estos momentos donde se encuentra aquí, pero trabajó muchos años, él nació aquí y se formó aquí siguiendo la trayectoria mía.

A parte del trabajo que realizo, que es 8 horas de trabajo, como jefe de departamento a veces tengo que venir en horarios que no dejo, pero debo venir para responder a algunas necesidades que tenga la fábrica, alguna dificultad que tenga.

Como jefe de departamento, como trabajadora como tal, porque todos los trabajadores aquí a veces han tenido que venir en momentos que no son de trabajo.

¿Y eso no te molesta? No, no, para nada, no me molesta para nada, es una satisfacción que necesiten de mí para yo trabajar.

Al final del día, cuando el laboratorio queda en silencio y el último análisis ha sido archivado, la espirituana Marina Cuesta Madrigal sale de la fábrica y no solo carga con el cansancio de una jornada, sino con el peso que impone la responsabilidad de que la leche no se corte y llegue a miles de hogares.

Realización de sonidos, Alían Fernández.

Periodista, Yosdany Morejón.

Subtítulos realizados por la comunidad de Amara.org