nº 116: ¿Qué quiere decir que el EspÃritu Santo «habló por los profetas»?
Ya en la antigua alianza Dios colmó a hombres y mujeres con el EspÃritu Santo, de modo que alzaran su voz en favor de Dios, hablaran en su nombre y prepararan al pueblo para la llegada del MesÃas. [683-688, 702-720]
En la antigua alianza Dios escogió hombres y mujeres que estuvieran dispuestos a dejarse convertir por él en consoladores, guÃas y amonestadores de su pueblo. Fue el EspÃritu de Dios el que habló por boca de IsaÃas, JeremÃas, Ezequiel y los demás profetas. Juan el Bautista, el último de estos profetas, no sólo predijo la llegada del MesÃas. Se encontró con él y lo proclamó como el liberador del poder del pecado.
nº 117: ¿Cómo pudo el EspÃritu Santo obrar en, con y por medio de MarÃa?
MarÃa estaba totalmente disponible y abierta a Dios (Lc 1,38). De este modo pudo convertirse, por la acción del EspÃritu Santo, en «Madre de Dios», y como Madre de Cristo también en Madre de los cristianos, y más aún, de todos los hombres. [721-726]
MarÃa posibilitó al EspÃritu Santo el milagro de los milagros: la Encarnación de Dios. Ella dio su si a Dios: «He aquà la esclava del Señor; hágase en mà según tu palabra» (Lc 1,38). Confortada por el EspÃritu Santo estuvo con Jesús a las duras y a las maduras, hasta la Cruz. Allà Jesús nos la dio a todos nosotros como Madre (Jn 19,25-27). ?80-85,479
nº 118: ¿Qué sucedió en Pentecostés?
Cincuenta dÃas después de su Resurrección .envió Jesús desde el cielo el EspÃritu Santo sobre sus discÃpulos. Dio comienzo entonces el tiempo de la Iglesia. [731-733]
El dÃa de Pentecostés el EspÃritu Santo hizo de los temerosos APÓSTOLES testigos valientes de Cristo. En poquÃsimo tiempo se bautizaron miles de personas: era la hora del nacimiento de la Iglesia. El prodigio de las lenguas de ?PENTECOSTÉS nos muestra que la Iglesia existe desde el comienzo para todos; es universal (término latino para el griego católica) y misionera. Se dirige a todos los hombres, supera barreras étnicas y lingüÃsticas y puede ser entendida por todos. Hasta hoy el EspÃritu Santo es el elixir vital de la Iglesia.
Comments