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[EXTRA] - Cristina Pop - El propósito es una voz interna que te dice cuándo toca cambiar de rumbo

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Descripción de [EXTRA] - Cristina Pop - El propósito es una voz interna que te dice cuándo toca cambiar de rumbo

espiritualidad desarrollo personal proposito


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Comentarios

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Miguel Vallejo

ni se por que llegue aquí...Pero me paso lo mismo comprando cuanta teoría humanista me atraía...hasta que finalmente él me llamo y me rendi a sus pies

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hazdeluz

Buena reflexión, gracias por compartirla.

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3000 años

Hola Cristina, darte las gracias por el estupendo canal y por contarnos parte de tu intimidad y cómo te sientes ahora. No abandones ese camino porque ya es la meta en sí. La meta está en el camino y entiendo lo que dices del caminar ligero y desprenderte de esas pesadas maletas, pero así cómo lo que no te mata te hace más fuerte, en esas maletas tienes recursos (para mí lo son), son parte de tu saber, sea valioso o no, que te puede servir para enseñar a otras personas, así que sí que pueden valer, no tires de ellas, pero no las dejes muy lejos de ti..., yo que sigo siendo un poco bruto, voy arrastrando con todo, jaja Hay para un buen debate sobre todo lo que has comentado y a mí, que entre otras cosas me gusta llevar casi siempre la contraria al interlocutor (aunque esté básicamente de acuerdo con él), por el simple hecho de "dar más juego", me gustaría centrarme en lo de los "sincronismos", "las casualidades", porque dan para mucho y pueden ser una forma de confirmar que todo está relacionado y que nada ocurre porque sí; también pueden ser una forma de introducir a "descreídos" en esta increíble locura y regalo que es la vida que nos rodea e impregna, y de la que muy pocos conocen siquiera el 1% de sus secretos o funcionamiento. No quiero enrollarme mucho, aunque lo hago a menudo pero quiero contarte algo, ya que ya para siempre formas parte de mi vida, y es que, en pleno brote maníaco (el episodio de euforia que tiene una persona bipolar, (justo todo lo contrario a la depresión más profunda), aparecisteis tú y Cristina Bernabéu en tu programa sobre la astrología cuando enredaba en ivoox. Yo no he necesitado buscar psicólogos, en mi caso psiquiatras, ellos han venido a mí, primero para atarme a una cama de pies, manos y cintura y luego para drogarme con sus fármacos…, lo de preguntar por tus sentimientos y/o tus ideas y pensamientos parece que les interesa menos. Como decía en este mi cuarto brote ya, he notado o ha llegado incluso a producirse, porque pienso que la delgada línea que separa la cordura de la locura, realmente no es tan delgada, y hay una zona bastante ancha por la que caminar, zigzaguear, patinar, y disfrutar como nunca, con eso sí, el verdadero peligro de llegar al borde, que realmente existe y caer en el abismo de la locura sin vuelta atrás, la que te lleva a un pabellón de paredes acolchadas para que te estrelles de cabeza dentro de tu camisa de fuerza. Yo en este caso tuve la suerte de que al ser el cuarto brote (en 3000 años no, eh… jaja, en 50), ya voy aprendiendo por qué llego a estos estados que sinceramente me han enseñado mucho y me han dado mucho placer, alegría y una comunión total con mi completo entorno sintiéndome parte del TODO. Entre otras cosas, la falta de sueño, el no poder dormir, es lo que propicia la entrada en estos estados, aunque también es cierto que al parecer hay componentes genéticos y antecedentes por parte de mi familia paternal que ayudan. Con tanto tiempo disponible al no poder dormir y esa energía descomunal que me invade, me da tiempo para descubrir tus podcast o por ejemplo a Deepak Chopra y su libro “Sincrodestino” o escuchar también a otro canal en ivoox (“Sendero a la nada” y su audio N65: “La sincronicidad: momentos únicos e irrepetibles”. Para mí, personalmente, creo que mi propósito (aquí disiento contigo y creo que o ese propósito, o es muy amplio y genérico como amar, o en realidad pueden ser varios propósitos a la vez), al menos algunos de los míos, podrían ser, buscar la belleza para disfrutarla y mostrársela a los demás y hacer más bien que mal allí por donde pase. Así que, hoy que venía escuchándote andando por el medio del campo, tras acompañar a mi amorcito a su trabajo, he pensado que escuchando otra vez más la palabra sincronía/casualidad tenía que escribirte unas letras para darte las gracias de nuevo, y para dejarte un comentario y una pequeña historieta/cuento que me ha sucedido en estos dos últimos días en los que (después de estar otros 24 ingresado en el hospital), ya he conseguido frenar el brote y coger el alta para empezar a trabajar de nuevo. Lo que narro a continuación es totalmente cierto y viene a ilustrar, cómo todo lo que nos rodea, por supuesto las personas, pero hablo también de animales y objetos, todo nuestro entorno en general, puede llegar a interactuar con nosotros y según el enfoque que le demos o cómo decidamos que queremos reaccionar y o aceptar esa interactuación y esas casualidades, pasar unos momentos, de miedo, amargor, de locura o de amor, felicidad, diversión… Eso sí, alguien dijo una vez algo así como que: el camino del amor no tiene flores tristes… Así que mejor decantarse por la alegría, no? Ahí va el sucedido que yo llamaría “Puertas, esas grandes desconocidas” ???? Me hallo en una tienda de ropa comprando una manta para que mi chica no se quede fría en las “siesticas” que se pega de vez en cuando, y tras una amable y entretenida conversación con la tendera, salgo de la tienda, todo feliz porque sigue habiendo buen rollo a mi alrededor y por haber encontrado una manta bonita. Al salir de la tienda, la puerta pega un portazo muy fuerte sin yo haberla empujado, sólo la moví para cerrarla pero al parecer no estaba muy bien ajustada y el caso es que pegó un buen portazo y el ruido que hizo tan fuerte no me gustó, desentonaba dentro de mi mundo “de regaliz y piruleta”, de felicidad plena que estaba viviendo… y de alguna forma me molestó. Pues bien, cuando bajaba de casa de mi madre (que fuí a ver por la cercanía) con el paquete debajo del brazo para llevárselo a mi chica, al abrir la puerta del portal noté un ruido como de un crujido, de un papel que se rajaba… y rápidamente y sin mirar, supe que la manilla de la puerta del portal había atravesado y roto el papel de regalo que envolvía la manta. Vaya, mi felicidad se iba difuminando de puerta en puerta… Compruebo que efectivamente se ha roto y encima por un costado, difícil de tapar con el recordatorio de “Feliz no cumpleaños” que quería pegar en el paquete. Pensando un poco en por qué esa “agresividad” y mal rollo con las puertas, recordé que en la conversación con la vendedora de la manta, antes de salir, usé alguna palabra malsonante del tipo “al contarte esto te he jodido”, aunque en un contexto divertido…, e inmediatamente me acordé de “Los cuatro acuerdos” de los toltecas y su: “Honra tus palabras, lo que sale de tu boca es lo que eres tú” (por cierto los cito también como una ayuda para caminar por la vida…) Quizá esa mala palabra había “perturbado mi entorno” y las puertas así me lo estaban haciendo saber. Total, que entregué el paquete con unos trozos de cello sobre el siete del roto y la manta fue todo un éxito. Esto fue antes de ayer. Ayer, mientras esperaba a que ella bajara para dar un paseo, leía dentro de la furgoneta las primeras páginas del libro antes citado de Chopra, “Sincrodestino” y en esto que me llega un mensaje al móvil de mi compañera que me dice: “No puedo salir de casa, la puerta no abre”. Vaya con las puertas, ya les vale. Me abre ella la del portal y cuando subo a su casa veo que está en el descansillo con la puerta de su casa abierta. ¿Pero qué es lo que pasa si está abierta? Me dice: “Es la del portal que sólo se abre desde el teleportero o con la llave desde fuera, si estás dentro, en la parte del ascensor, ya no puedes abrirla, y ahora que has subido hasta aquí, ya no podemos salir…”. Bueno, bajemos y a ver que pasa. Bajamos en el ascensor y efectivamente me deja la llave y ni siquiera entra del todo en la cerradura porque está un poco torcida.Como creo que ese es el problema y pienso que seré capaz de enderezarla, me despreocupo y frotándola con los dedos con fuerza digo de cachondeo…: “sincrodestino, sincrodestino, sincrodestino…”, y justo al acabar del decirlo por tercera vez: “prrrrr prrrr prrrrr”, alguien había pulsado el teleportero y la puerta ya se pudo abrir desde dentro dando sólo un empujón… Imagínate las risas que nos pudimos echar, porque ella no cree en absoluto en estas cosas, pero yo si, cada vez más…, y estoy convencido que si vas con buenas intenciones, con curiosidad y tratando bien, con amor, todo lo que te rodea, las cosas salen bien, salen a veces perfectas, surge la belleza e incluso con un poco de suerte, puede llegar el momento de la sincronía/casualidad y si el momento es muy especial, del milagro como llama Chopra. Ahora sé que mi mal rollo con las puertas se acabó, y las trato incluso con más cuidado… Siento lo largo del texto, espero que sea al menos ameno y educativo. Las referencias del “Sincrodestino” de Chopra y “Los cuatro acuerdos” de Miguel Ruíz, bien valen estas letras. Gracias de nuevo Cristina, por ser otra feliz flor en ese camino del amor.

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