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Comentarios
Con cada nuevo programa disfruto un poco más, de manera exponencial. Les aviso que estos párrafos son un comentario y una felicitación por el programa y por las fiestas. Espero que cada uno esté como quiera estar y eso lo haga feliz. Hay que mantener contentas esas lúcidas cabezas que tienen. Este programa fue descargado y compartido con sanmartianos amigos que desde el insomnio del exilio no pasan un día sin preguntarse: ¿Cómo hubiera sido , si...? Sobre todo desde el reciente fallecimiento del “último argentino”, Maradona. Aún me sorprende que el país mantenga semejante extensión territorial sin un ejército profesional en condiciones y con lo fácil que parece en la actualidad desintegrar la paz social en un entorno de inestabilidad económica. Mal creía que era un buen trabajo de identidad cultural, pero a la luz de lo dicho (por vosotros) no hay duda que es algo más complejo e interesante. Supongo que si seguimos así los argentinos están abocados a especializarse y crear esos políticos-filósofos que en algún momento conseguirán grandes conquistas por medio de la palabra y la astucia. Un poco corruptos y arteros, pero nadie debe ser perfecto, ni desprenderse del todo de su naturaleza original. Somos lo que fuimos y no hay nada más ingrato que renegar del pasado. Para los que sufren las Malvinas, las Falkland van a cambiar de amos y de nombre, eso es inevitable. Lo murmuran los libros historias y lo gritan las ruinas debajo de las piedras. Pero no hay que apresurarse. Como dice aquel juego estúpido y tan sabio: el que se enoja pierde. Las guerras se luchan antes de empezar y se ganan con oportunidad y medios. Lo primero que tiene que hacer argentina es preparar esos medios, ya sean económicos o militares. Luego hay que esperar la oportunidad. Reino Unido, más tarde o más temprano dejará de controlar el mar. Su influencia se reduce año a año. Yo se que Argentina tiene asuntos más importantes que atender (educación, sanidad y trabajo), pero debería ir haciendo esfuerzos titánicos para crear un diálogo directo con los isleños. Incluso debería ir creando una narrativa con ellos. Quiero decir, que Argentina tiene que adherir las inquietudes isleñas a la pérdida de los chicos que mandamos a morir, y asumir la responsabilidad de lo que sucedió, no de cara a Reino Unido, de cara a los isleños. Como cuando uno se manda una cagada en casa y finge culpa y empatía solo para salvarse de la reprimenda. No me cabe duda que a la larga se gana más haciendo amigos que enemigos y perdiendo más que ganando. Si algo me enseño mi país es a perder. Perder fortalece el carácter cuando hay reflexión y se esquiva la nostalgia. Perder nos hace invencibles, creativos y eficaces. Napoleón sabía ganar pero se le daba de pena perder. A los griegos les costó 500 años sacarse de encima a los turcos. 500 años al cambio son muchas islas Malvinas, y ahí siguen muy dignos los griegos preparándose para otra guerra en el mediterráneo. Los individuos no podemos darnos el lujo de fracasar siempre, pero los estados si. Los estados pueden reinventarse y reorganizar sus fuerzas. Si nuestra nación no puede hacer la guerra, debe hacer de la paz un arma formidable. El futuro es para los que miran hacia delante, más allá de las trincheras y los enemigos que siempre están tan asustados como nosotros. El futuro está más o menos donde tenía puesto el ojo Alejandro Magno, y no me refiero a el oriente. Y bueno, en realidad no dije nada que no sepamos. Cada día me cuesta más escribir pero lo seguiré intentando. Vosotros valéis la pena. Felices fiestas. PD: Me pongo con los nuevos programas.