Has elegido rechazar las cookies basadas en consentimiento que utilizamos principalmente para gestionar la publicidad. En adelante, para acceder a nuestra web tienes que elegir alguna de las siguientes opciones.
Premium
3,99 €/mes o 39,90 €/año
Sin publicidad y mucho más
Plus
Por 9,99 €/mes
Contenido exclusivo y sin publicidad
Si has cambiado de idea, puedes aceptar las cookies y continuar usando iVoox de forma gratuita.
Con tu consentimiento, nosotros y nuestros 813 socios usamos cookies o tecnologías similares para almacenar, acceder y procesar datos personales, como tus visitas a esta página web, las direcciones IP y los identificadores de cookies. Algunos socios no te piden consentimiento para procesar tus datos y se amparan en su legítimo interés comercial. Puedes retirar tu consentimiento u oponerte al procesamiento de datos según el interés legítimo en cualquier momento haciendo clic en ''Obtener más información'' o en la política de privacidad de esta página web.
Nosotros y nuestros socios hacemos el siguiente tratamiento de datos:
Almacenamiento y acceso a información de geolocalización con propósitos de publicidad dirigida, Almacenamiento y acceso a información de geolocalización para realizar estudios de mercado, Almacenar la información en un dispositivo y/o acceder a ella , Datos de localización geográfica precisa e identificación mediante análisis de dispositivos , Publicidad y contenido personalizados, medición de publicidad y contenido, investigación de audiencia y desarrollo de servicios , Uso de cookies técnicas o de preferencias.
Comentarios
Nosotros tomábamos té del gratuito en las comidas y mucho té frío de las maquinas vending. Fuimos en agosto... Recuerdo una excursión, puede que fuese perdiendonos por los montes de kamakura. Aparecimos en una casa tradicional con pinta de monasterio, o escuela... no sé muy bien como describirla. La cuestión es que por una ventana vimos a un par de mujeres sentadas en cuclillas como esperando, y delante de ellas había unas tazas de barro. Supusimos que era una tetería tradicional y entramos a cotillear. Nos recibió una señora en kimono, muy elegante, por dentro era todo igual, súper bonito y muy elegante, casi se podía decir de lujo. Total que no había nada en inglés y la señora no nos entendía ni nosotros a ella. Como no había ningún cartel con precios a la vista nos acojonamos un poco así que le dimos los arigatos y nos fuimos por donde habíamos venido. Cuando estábamos saliendo , una segunda señora les estaba sirviendo té a las primeras que habíamos visto al entrar. Luego repasando la situación, pensamos que aquel sitio era una especie de academia para aprender a hacer la ceremonia del té, pero no era un sitio para que dos gaiyines se quedasen ahí a mirar. Bueno, es lo que tiene el explorar y meterte por sitios desconocidos.