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José Antonio Primo de Rivera en "Negro sobre blanco"

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Descripción de José Antonio Primo de Rivera en "Negro sobre blanco"

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(3) LA FALANGE OCULTADA, HEDILLA CONTRA LAS REPRESALIAS Y FUSILAMIENTOS En la nochebuena de 1936 Manuel Hedilla mecánico naval y sucesor de José Antonio en la jefatura de la Falange, hace estas declaraciones que no serán las únicas y que le enfrentan al ejército y los partidos de derecha: Que ninguna de las mejoras sociales conseguidas por los obreros queden sobre el papel sin surtir efectos, y se conviertan en realidad!” “Pensad vosotros, falangistas, que sois hijos del pueblo español, y que os debéis a él. ¡Que por donde paséis quede bien alto el pabellón rojinegro de Falange Española de la J.O.N.S.! Preguntaos, en cada momento, si el acto que vais a realizar es digno del espíritu que representa vuestra camisa azul. Sembrad el amor por los pueblos donde paséis. Tratad de un modo especialmente cordial y generoso a los campesinos y a los obreros, porque ellos son, por ser españoles y por haber sufrido, nuestros hermanos.” “Y me dirijo a los falangistas que cuidan de las investigaciones políticas y policiales en las ciudades, y sobre todo en los pueblos. Vuestra misión ha de ser obra de depuración contra los jefes cabecillas y asesinos. Pero impedid, con toda energía, que nadie sacie odios personales, y que nadie castigue o humille a quien, por hambre o desesperación, haya votado a las izquierdas. Y es que sabemos que había -y hay- derechistas que eran peores que los rojos. Queremos la salvación y no la muerte de los que en su inmensa mayoría tenían hambre de Pan y Justicia.” DISOLUCIÓN DE LA FALANGE Y ENCARCELAMIENTO DE MANUEL HEDILLA El Jefe del Estado en la zona nacional Francisco Franco intenta que la Falange se fusione con los partidos conservadores en una nueva organización de partido único, el 19 de Abril de 1937 se promulga el Decreto de Unificación y por decreto nombran a Manuel Hedilla jefe político de la nueva organización, pero el jefe nacional de la Falange Manuel Hedilla se opone y el 25 de Abril de 1937 es detenido acusado de conspirar contra la seguridad del estado. La Falange desaparece como partido político y queda descabezada, el fundador José Antonio y el resto de dirigentes Ledesma Ramos, Onésimo Redondo son asesinados en zona del Frente Popular y el sucesor en la jefatura del partido encarcelado en la zona Nacional, los dirigentes de la Falange seguidores de Hedilla son detenidos y los militantes son enviados a primera línea de combate; es de destacar el fusilamiento del falangista Pedro Durruti, hermano de Buenaventura Durruti, por las tropas franquistas. La Falange sobrevivió durante un corto espacio de tiempo, desde su fundación Octubre de 1933 hasta Abril de 1937, toda vinculación posterior de la Falange con el régimen de Francisco Franco es falsa, hubo falangistas que renunciaron a su ideología y se integraron en la nueva organización de partido único del régimen franquista FET de las JONS, el régimen usó como fachada la coreografía falangista manipulando la ideología del fundador de la Falange, que ya previno desde la cárcel lo que podía suceder, en un comunicado de 24 de Junio de 1936 = Consideren todos los camaradas hasta que punto es ofensivo para la Falange el que se le proponga tomar parte como comparsa en un movimiento que no va a conducir a la implantación del estado nacionalsindicalista… sino a restaurar una mediocridad burguesa conservadora ( de la que España ha conocido largas muestras) , orlada para mayor escarnio, con el acompañamiento coreográfico de nuestras camisa azules. = Diferentes medios españoles y extranjeros se hacen eco de la noticia: HEDILLA CONDENADO A MUERTE The Times, 17 de junio de 1937 Londres. Don Manuel Hedilla, “Leader” de Falange Española” ha sido condenado a muerte por el Consejo Nacionalista de Guerra por conspirar contra la seguridad del Estado. De los ochenta juzgados, catorce han sido condenados a muerte y veinte a cadena perpetua... El juicio se interpreta como una victoria para otros elementos que han mantenido una vigorosa lucha contra la Falange, cuyos ideales políticos y sociales consideran demasiado revolucionarios. . FRANCO ORDENA LA DESARTICULACIÓN DE FALANGE Solidaridad Obrera , 4 de Mayo de 1937 Hendaya, 3 _ Por orden expresa y perentoria del Estado Mayor de Salamanca en toda la España rebelde se desarrolla una violenta campaña para la sumisión de “Falange Española”. Los cuadros de Mando nacionales o provinciales son perseguidos o encarcelados. Todas las organizaciones de Falange son desarticuladas. Esta campaña de excepcional importancia política, ha sido inspirada –se asegura- por el cuñado de Franco, el diputado de “Acción Popular” Ramón Serrano Suñer. Los jefes provinciales detenidos suman más de 200. La emoción causada por estos hechos es considerable. Manuel Hedilla, jefe nacional de Falange, continua detenido _ Fabra. SE HA DESENCADENADO EN LA RETAGUARDIA ENEMIGA UNA DURA Y PERSISTENTE REPRESIÓN CONTRA FALANGE ESPAÑOLA Solidaridad Obrera, 14 de Mayo de 1937 Bayona, 13. _ Se reciben informaciones del campo rebelde español dando cuenta de una dura represión que está ejerciendo Franco entre los dirigentes falangistas a muchos de los cuales se les llega acusar de estar en relaciones con los gubernamentales. Se calcula que el número de falangistas detenidos se eleva a más de un millar._ Cosmos

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(2) LA FALANGE OCULTADA JOSE ANTONIO Y LA IZQUIERDA En la obra “José Antonio y La República” ( Ediciones Tarfe 1996) de José María García Tuñón se menciona un artículo firmado por Alfredo Kindelán (hijo) con el título de “Contrastes” donde se desvela una carta que dirigió Indalecio Prieto, desde Méjico con fecha 3 de septiembre de 1944, al ministro de asuntos exteriores de Inglaterra mister Eden y en la que se decía entre otras cosas: Recuerdo que he dado referencia detallada de mis múltiples entrevistas con el fogoso joven, víctima inenarrable y cuyo sacrificio yo condené y condeno, José Antonio Primo de Rivera. Y sigue relatando Indalecio Prieto : ¡ Como quería fundar el Partido Social Español y como me alentaba para que yo recogiese lo mas sano del Partido Socialista y marcháramos juntos¡ ¡como me hizo dudar y ví que estábamos rebasados¡…. Y cuantos me reprochan las defensas de de ese joven impetuoso y bien intencionado, conocen mi respuesta. Es que también le debía la vida, porque él y su gente me custodiaron a mi domicilio una noche en que algunos que se decían correligionarios míos habían acordado abolirme. Ya conoce V.E. por escrito el episodio. Son páginas personales que dicen muchas cosas. Y continuando en la obra “Jose Antonio y La República” se hace referencia a Félix Gordón Ordás que fue presidente del gobierno republicano en el exilio durante (1951 a 1960) y que publicó la obra “ Mi política en España”, donde se recoge el siguiente testimonio: Aunque parezca muy aventurado lo que afirmo, creo que fue posible lograr que José Antonio Primo de Rivera hubiese cooperado con los republicanos de izquierdas, si con la acción y la retórica que amaba por igual, se le hubiera sabido atraer a nuestro régimen, pues yo no he olvidado que delante de mi le dijo un día a Don Indalecio Prieto, por quién sentía afecto y admiración, que el se inscribiría en el Partido Socialista si este se declaraba nacional. El nacionalismo exacerbado de aquel muchacho inteligente, reflexivo y audaz, a pesar de su aparente frivolidad señoritil se hubiera podido atraer y aprovechar si en los momentos en que la República era todavía una gran ilusión nacional, hubiese habido alguien con perspicacia y autoridad suficientes para haber comprendido lo que en su cerebro encerraba José Antonio Primo de Rivera de positivo y la utilidad que de ello podía haber obtenido el nuevo régimen, necesitado de todas las cooperaciones españolistas inquietas por el porvenir para afianzarse, sin grandes resistencias, en el alma de todos los españoles progresistas. El periodista Augusto Assía participò en varias conversaciones en compañía de Indalecio Prieto y el doctor Fraile su médico y amigo, en 1983 publica en el diario “Ya” un artículo titulado “ Los contactos de Jose Antonio con Indalecio Prieto y los escritos que le dejó” donde se afirma: A mí, Prieto no me precisó quienes eran los socialistas que le prestaron atención a las fracasadas negociaciones que intentó Miguel Maura en mayo de 1936, para abortar la guerra civil con la formación de un gobierno nacional presidido por el y del que formaría parte José Antonio Primo de Rivera. Me habló de unas comidas en Lhardy, en una de las cuales por lo menos figuraban José Antonio y el, me contó también su viaje a Alicante en el mes de octubre para organizar la huida de José Antonio y su traslado a la zona nacional ( creo que era el mejor regalo que podía enviarle a Franco) y que tuvo que abandonar debido a que al volver al hotel encontró una nota del comité anarquista local en la que se le advertía que le seguían y que si no quería que José Antonio muriese antes de tiempo, lo mejor sería que regresara a Valencia. EN “PORQUÉ PERDIMOS LA GUERRA” ABAD DE SANTILLÁN HACE EL SIGUIENTE COMENTARIO: A pesar de la diferencia que nos separaba, veíamos algo de ese parentesco espiritual con José Antonio Primo de Rivera, hombre combativo, patriota, en busca de soluciones para el porvenir del país. Hizo antes de julio de 1936 diversas tentativas para entrevistarse con nosotros. Mientras toda la policía de la República no había, descubierto cuál era nuestra función en la F. A. I., lo supo Primo de Rivera, jefe de otra organización clandestina, la Falange española. No hemos querido entonces, por razones de táctica consagrada entre nosotros, ninguna clase de relaciones. Ni siquiera tuvimos la cortesía de acusar recibo a la documentación que nos hizo llegar para que conociésemos una parte de su pensamiento, asegurándonos que podía constituir base para una acción conjunta en favor de España. Estallada la guerra, cayó prisionero y fué condenado a muerte y ejecutado. Anarquistas argentinos nos pidieron que intercediésemos para que ese hombre no fuese fusilado. No estaba en manos nuestras impedirlo, a causa de las relaciones tirantes que manteníamos con el gobierno central, pero hemos pensado entonces y seguimos pensando que fué un error de parte de la República el fusilamiento de José Antonio Primo de Rivera; españoles de esa talla, patriotas como él no son peligrosos, ni siquiera en las filas enemigas. Pertenecen a los que reinvindican a España y sostienen lo español aun desde campos opuestos, elegidos equivocadamente como los más adecuados a sus aspiraciones generosas. ¡Cuánto hubiera cambiado el destino de España si un acuerdo entre nosotros hubiera sido tácticamente posible, según los deseos de Primo de Rivera! 1. somnisllibertaris.com/.../porqueperdimoslaguerra/index04.htm - En caché Perspectiva histórica actual de José Antonio Primo de Rivera Por José María Laso Prieto, miembro del Comité Federal del Partido Comunista de España, presidente de la Fundación Isidoro Acevedo, y patrono fundador de la Fundación Gustavo Bueno Con las cerca de siete décadas transcurridas, desde la guerra civil española, ya existe suficiente perspectiva histórica para situar a algunos de los personajes cuya imagen está ligada a la IIª República y a la contienda bélica entre españoles. Ese ha sido el caso de Azaña, Besteiro, Negrín, Franco, Lister, etc. Quienes vivimos aquellos años, bien sea de adultos o como niños, estamos –en general– dispuestos a enjuiciar con objetividad y ecuanimidad a quienes fueron nuestros adversarios. Aunque soporté de niño la guerra civil, las causas y resultados de ésta no me resultaron indiferentes y tomé claramente partido a favor del campo republicano. Sin embargo, nunca consideré a José Antonio Primo de Rivera como un enemigo. Al igual que algunos caracterizados dirigentes del bando republicano, consideré su figura humana con comprensión y hasta con cierta simpatía. En mi caso, pudo influir en tal opinión el haber leído en la adolescencia su testamento y el relato de su fusilamiento. Por ello admiré su gallardía ante la muerte, muy semejante a la de muchos españoles que sufrieron igual suerte en el campo adversario. Es significativo que uno de esos adversarios, Julián Zugazagoitia –que demostró igual entereza ante el pelotón de ejecución– dedique a José Antonio un capítulo entero de su emotiva obra Guerra y vicisitudes de los españoles, incluyendo su testamento. De tal testamento, resulta particularmente impresionante la parte que se refiere a la sangre que entonces se estaba vertiendo en la guerra civil: Que esa sangre vertida me perdone la parte que he tenido en provocarla, y que los camaradas que me precedieron en el sacrificio me acojan como el último de ellos... Ojalá fuera la mía la última sangre española que se vertiera en discordias civiles. Ojalá encontrara ya en paz el pueblo español, tan rico en buenas cualidades entrañables, la patria, el pan y la justicia Zugazagoitia, Julián: Guerra y vicisitudes de los españoles. Librería Española. París, 1968. Páginas 256 y 258.. Del testamento se deducen también algunas de las convicciones sociales de José Antonio, con la particularidad de que expresadas en tan dramáticas condiciones difícilmente podían dejar de ser sinceras. Zugazagoitia recoge también el relato del fusilamiento y precisa: Cuando le llega la hora su templanza es perfecta. Conversa con los hombres del piquete que deben ejecutar la sentencia: «¿Verdad que vosotros no queréis que yo muera? ¿Quién ha podido deciros que yo soy vuestro adversario? Quien os lo haya dicho no tiene razón para afirmarlo. Mi sueño es el de la patria el pan y la justicia para todos los españoles, pero preferentemente para los que no pueden congraciarse con la patria porque carecen de pan y de justicia. Cuando se va a morir no se miente y yo os digo, antes de que me rompáis el pecho con las balas de vuestros fusiles, que no he sido nunca vuestro enemigo». Entre las convicciones sociales de José Antonio Primo de Rivera, figuraba en un primer plano un proyecto de reforma agraria. Incluso se atribuye a José Antonio Balbontín, que había ingresado en el Partido Comunista de España procedente del Partido Social Revolucionario, la afirmación de que el proyecto de reforma agraria de José Antonio era incluso más avanzado que el del PCE, donde ya entonces militaba Balbontín. No hemos podido comprobar tal afirmación ya que no nos ha sido asequible el escrito del entonces diputado al Congreso. Sin embargo se puede admitir tal posibilidad, ya que entonces el programa agrario del PCE no rebasaba los limites de la denominada «revolución democrática burguesa». Incluso tampoco le prestaba la debida atención a tan relevante tema el núcleo de dirección del PCE. Tal dirección, encabezada por su secretario general Bullejos, fue calificada después de sectaria (antes de ser expulsada por trotskista) y en ello puede radicar dicha paradoja. Así no puede sorprender que en la historia oficial del PCE –publicada en 1960– se reconozca autocríticamente: El grupo (se refiere a la dirección encabezada por Bullejos) no había comprendido el carácter de la revolución democrática-burguesa antes del 14 de abril. Su error partía de una falsa apreciación del carácter del poder bajo la Monarquía; cerraba los ojos a los vestigios feudales existentes en el país y el peso político que conservaba la aristocracia latifundista, considerando que, dentro del bloque gobernante llevaba la dirección la buguesía y no la aristocracia terrateniente. De aquí la concepción del grupo, de que la revolución debía ser dirigida contra la burguesía, y su consigna extemporánea del 14 de abril. ¡Abajo la República burguesa! Este desenfoque impidió al grupo comprender la importancia de la revolución agraria, nervio central de la revolución democrática española, y la formidable carga revolucionaria que llevaba en su seno el movimiento campesino Ibárruri, Dolores y otros: Historia del Partido Comunista de España. Editiones Sociales. París, 1960. Páginas 77 y 78.. José María Laso Prieto, miembro del Comité Federal del Partido Comunista de España, presidente de la Fundación Isidoro Acevedo, y patrono fundador de la Fundación Gustavo Bueno Aceptando la afirmación de Balbontín, de que la posición de José Antonio Primo de Rivera, respecto a la reforma agraria, era más radical que la del programa agrario del PCE, cabe preguntarse por qué ello no tuvo mayores consecuencias en el plano político social. Quizás la explicación pueda radicar en los problemas de la financiación y alianzas que tuvo que afrontar la Organización política Falange Española fundada por José Antonio Primo de Rivera. Tras su fusión con las JONS, Falange Española tuvo que afrontar un proceso de alianzas que sin duda la condicionaron políticamente. Este proceso lo describe el tomo IX de la Historia de España dirigida por el profesor Tuñón de Lara: En el verano de 1934 un intento de crear la Central Obrera Nacional Sindicalista (CONS) no tuvo largo alcance. Precisamente, en el verano de 1934, se manifestó la crisis interna de Falange que terminaría con la salida de Ledesma en enero de 1935. Ya en el verano de 1934 J. A. Primo de Rivera era la primera figura; fue entonces cuando firmó dos acuerdos, uno con Goicoechea y otro con Sainz Rodríguez, que permitieron durante todo el año 1934 una ayuda financiera de Renovación a Falange; otras ayudas procedieron de Lequerica y, según Giménez Caballero, de Juan March. Falange celebró una serie de concentraciones en localidades de la España rural; su propaganda fue también de procedencia ruralista Tuñón de Lara, Manuel y otros: Historia de España. Tomo IX. Editorial Labor, S.A. Barcelona, 1981. Páginas 175 y 176.. Considerado el carácter conservador, por no decir reaccionario, de los personajes y organizaciones políticas citadas, no es difícil llegar a comprender que tales vinculaciones de Falange Española debieron atenuar el radicalismo agrario de las posiciones que sobre tal problemática había mantenido José Antonio Primo de Rivera. En todo caso, como precisa el profesor Stanley G. Payne: En su propaganda electoral (se refiere a las elecciones del 16 de febrero de 1936) la Falange preconizaba la reforma agraria, la promoción de la industria local y el pleno empleo. En Santander, José Antonio prometió que si la Falange llegaba al poder, nacionalizaría los servicios del crédito en el plazo de 15 días G. Payne, Stanley: Falange, historia del fascismo español. Editorial SARPE. Madrid, 1985. Página, 109.. En este tipo de postulados, en los que muchos falangistas creyeron honestamente, se puede encontrar el fundamento de los que, no aceptando el Decreto de Unificación franquista durante la guerra civil, evolucionaron hacia las posiciones que fueron denominadas «falangismo de izquierda». Algunos de estos falangistas de izquierda llegaron a afirmar que sentían más afinidad con los comunistas que con los franquistas. Retornando a las convicciones propias de José Antonio Primo de Rivera, uno de los mejores indicios de cuál era su pensamiento íntimo sobre las posiciones políticas que se enfrentaban en la guerra civil española, se expresó en uno de los pasajes de sus notas, redactadas en agosto de 1936, encontradas en su celda después del fusilamiento: No se puede aumentar indefinidamente la presión de una caldera. La cosa tenía que estallar. Y estalló. Pero ahora: B: ¿Qué va a ocurrir si ganan los sublevados? Un grupo de generales de honrada intención, pero de desoladora mediocridad política. Puros tópicos elementales (orden, pacificación de espíritus...). Detrás: 1) el viejo carlismo intransigente, cerril, antipático; 2) las clases conservadoras, interesadas, cortas de vista, perezosas; 3) el capitalismo agrario y financiero, es decir: la clausura en muchos años de toda posibilidad de edificación de la España moderna. La falta de todo sentido nacional de largo alcance. Y, a la vuelta de unos años, como reacción, otra vez la revolución negativa. Salida única: La disposición de las hostilidades, y el arranque de una época de reconstrucción política y económica nacional, sin persecuciones, sin ánimo de represalias, que haga de España un país tranquilo, libre y atareado Op. cit. Página, 146.. Este y otros papeles de José Antonio se publicaron en un folleto del Partido socialista, titulado El testamento de Primo de Rivera, preparado por Indalecio Prieto (sin fecha). Primero fueron reproducidos en un artículo de Prieto en el periódico mexicano Mañana del 24 de mayo de 1947. Posteriormente, Rodolfo Llopis se refirió a ellos en su folleto Los puntales del Régimen de Franco se quiebran. A su vez Prieto, que después de la muerte de José Antonio Primo de Rivera recogió los papeles privados del dirigente de la Falange, se sintió impresionado por ellos. Más tarde, en prólogo a su libro Palabras de ayer y de hoy, escribió el dirigente socialista: Data de muchísimo tiempo la afirmación filosófica de que en todas las ideas hay algo de verdad. Me viene esto a la memoria a cuenta de los documentos que José Antonio dejó en la cárcel de Alicante. Acaso en España no hemos confrontado con serenidad las respectivas ideologías para descubrir las coincidencias, que quizás fueran fundamentales, y medir las divergencias, probablemente secundarias, a fin de apreciar si éstas valían la pena de ventilarlas en el campo de batalla (página 17 de la edición mexicana). Queremos finalizar, esta síntesis de una eventual perspectiva histórica actual de José Antonio Primo de Rivera, con el testimonio de otro fusilado: Julián Zugazagoitia, que durante la guerra civil desempeñó la cartera de Gobernación en el Gobierno del Dr. Juan Negrín. A diferencia de José Antonio Primo de Rivera, Julián Zugazagoitia no fue fusilado en plena guerra civil sino dos años después de finalizada ésta, cuando después de haberse refugiado en Francia fue capturado por la Gestapo y enviado a España. Según el prologuista de su libro Guerra y vicisitudes de los españoles, Roberto Mesa Garrido: Su opinión fue contraria al fusilamiento de José Antonio Primo de Rivera; y bajo su acción ministerial, con documentos firmados por su puño, pudieron salir de la zona republicana y combatir luego desde Burgos hombres como Rafael Sánchez Mazas, Fernández-Cuesta y Wenceslao Fernández Florez, entre otro muchos Zagazagoitia, Julián: Guerra y vicisitudes de los españoles. Librería Española. París, 1968. Página, 8.. La opinión de Zugazagoitia, sobre la ejecución de José Antonio Primo de Rivera, es al mismo tiempo contundente y emotiva: La Falange originaria está disgustada por la preterición de que hacen víctima los círculos políticos que rodean al Generalísimo. Es ahora cuando se puede medir la torpeza en que se incurrió al consentir el fusilamiento de José Antonio Primo de Rivera, cuya muerte no ha sido oficialmente publicada por sus camaradas (hay que tener en cuenta que este texto fue escrito en 1939). Es el «Ausente», adjetivo que expresa una duda esperanzada. Esperanza condenada a rápida extinción. Primo de Rivera acabó sus días el 19 (sic) de noviembre de 1936. Su testamento tiene fecha anterior. Es un documento sobrio y sereno, que no carece de sincera emoción. Aquella que le da el trance en que ha sido escrito. Juzgue el lector de su parte humana y política (A continuación Zugazagoitia reproduce íntegro el texto del Testamento). Seguidamente, después de exponer quiénes son los albaceas de dicho testamento, prosigue Zugazagoitia con la precisa información que obtuvo como ministro de la Gobernación del gobierno del Dr. Negrín: Primo de Rivera no alcanzó a merecer el canje ni, aun cuando le faltó poco, la ayuda encubierta que salvó la vida a quien había de consumir tantas. Primo de Rivera se batió por la suya con denuedo juvenil. Puso en su palabra de abogado la emoción del político. En Alicante habían pasado de los furiosos arrebatos colectivos en que se pedía la inmediata ejecución del caudillo falangista, a la convicción de que en tanto viviera la ciudad no sería bombardeada [...]. Pero, además, en una de esas reacciones tan fáciles en la sensibilidad del pueblo español, el odio se había trucado en simpatía. Simpatía por el hombre que, sin vacilación ni debilidad, se encaraba con un destino acedo. Su conducta en la prisión era liberal, cariñosa. En las horas de encierro tejía sueños de paz: esbozaba un gobierno de concordia nacional y redactaba el esquema de su política. Temía una victoria de los militares. Eso era, para él, el pasado. Lo viejo. La España del siglo XIX prolongándose, viciosamente, en el XX. Él había ido a injertar su doctrina, confusa, en las Universidades y en las tierras agrícolas de la Vieja Castilla. Su seminario estaba constituido por jóvenes de la gleba. Su escepticismo por las armas, que le atraían por otra parte, debía de tener antecedentes familiares. El respeto y la devoción por su padre no excluían en él la crítica de los errores en que incurrió. Él, capitán de hombres jóvenes, proyectaba cosa distinta. De momento, para salir de la guerra, un gobierno de carácter nacional... La vista del proceso, varias veces diferido, le coloca ante una realidad adversa. No se inmuta. Su palabra tiene una fuerza inusitada. La del hombre que está solo. Intuye cual será la pena a que le condenan sus jueces y, sin embargo, se esfuerza por convencerles de que no deben ser injustos ni con él ni con sus hermanos. Increpa ásperamente a una persona que, en su concepto, ha enturbiado la claridad del proceso. El interesado escucha la admonición sobrecogido. El relámpago de irancundia pasa y queda, en la carne del increpado, un desasosiego que será permanente. Explicación de una doctrina y ratificación de una fe. El resto es conocido. Se dicta la sentencia a muerte. No hay conmutación de pena. Primo de Rivera se encierra a escribir su testamento. Se despide de sus hermanos [...]. La justicia hecha en la carne de Primo de Rivera ha desembarazado a Franco de un seguro contradictor. El que testimonie a su recuerdo una admiración que no consigue ser fervorosa, no significa que deje de preferirle eternamente ausente a molestarle presente. De la misma manera que ha tropezado con sus discípulos hubiera tropezado con él Op. cit. Páginas, 259 y 260.. Esta doble dimensión, política y humana, ofrece la mejor clave para una perspectiva histórica actual de José Antonio Primo de Rivera.

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( 1 ) LA FALANGE OCULTADA JOSE ANTONIO CONTRA LA GUERRA CIVIL Al contrario que gran parte de los partidarios de izquierdas y derechas que veían en la guerra civil una ocasión para purgar y eliminar a sus enemigos, José Antonio preocupado por la situación de guerra civil en que ha derivado el enfrentamiento entre españoles, escribe una carta al presidente de las Cortes Diego Martínez Barrio, quién nos da a conocer su contenido en una conferencia pronunciada en el Centro Español de México el día 23 de abril de 1941. 9 de agosto de 1936 Respetado presidente: Después de una detenida deliberación en conciencia y con la mira en el servicio de la España de todos, tan gravemente amenazada en los presentes días, me decido a solicitar una audiencia de usted. No sería difícil llevarla a cabo; podría trasladarme una noche al Gobierno Civil, como si fuera a ser interrogado por el gobernador y allí ser recibido por usted sin que se enterase nadie. La audiencia podría quizás ser útil y en ningún caso sería perjudicial. De todas maneras usted será quién decida, y creo que he cumplido con mi deber al escribirle estos renglones. Le da las gracias anticipadas por la atención que le preste, su respetuoso s.s y amigo q.e.s.m. Jose Antonio Primo de Rivera Diego Martínez Barrio dice: Resolví dado el estado de incertidumbre de mi ánimo, haciendo lo que cualquier otro hubiera hecho en mi caso, pero que a mí se me presentó como un deber ineludible. Hablé por teléfono con el Jefe de Gobierno, señor Giral, le indiqué en palabras veladas que había recibido un documento que estimaba de importancia y que procedía a enviar una persona de mi absoluta confianza para que le diera cuenta del contenido. Le añadí mi opinión favorable a que se escuchara al señor Primo de Rivera, pero haciendo la salvedad de que no era yo la persona indicada para oírle, por razones múltiples, que inmediatamente pesaron en el ánimo del presidente del consejo de ministros. El señor Giral me contestó enseguida, después de haber consultado con sus compañeros de gobierno, que creía también conveniente oír al señor Primo de Rivera y que pensaba como yo le había manifestado, que no debía el presidente de las Cortes celebrar esa conferencia. Entonces, de común acuerdo, se designó para que se trasladara a la prisión provincial de Alicante, el secretario de la Junta Delegada de Levante, don Leonardo Martín Echevarría. Conozco en todos sus detalles la entrevista del señor Primo de Rivera con el señor Martín Echeverría, que era una proposición concreta del jefe de Falange Española al Gobierno de la República. Supe que el señor Primo de Rivera había propuesto al señor Martín Echeverría, para que lo trasladara al gobierno, que se le permitiera salir de prisión donde se reintegraría al cabo de cierto tiempo ,con el fin de realizar una gestión en el campo rebelde orientada a la terminación de la guerra civil y al sometimiento de los militares y civiles rebeldes contra la República, al Gobierno legítimo. José Antonio da su palabra de honor que volvería a la prisión quedando parte de su familia como rehén, una tía y hermanos. Hablaba de unas soluciones intermedias que podrían ser base de esa negociación, pero recalcaba e insistía en la necesidad de que se pusiera término a la contienda que se había iniciado, porque creía el como español que la contienda sumiría en el caos y la ruina a la patria. El gobierno conoció esta proposición del señor Primo de Rivera y no la aceptó, porque evidentemente no era posible aceptarla. Fuere cual fuere el propósito que animara al proponente, y no tengo porque sospechar que la palabra de honor la dejara incumplida, es lo cierto que en la situación de España por aquel tiempo no había posibilidad de arrancar a la acción de la justicia la persona del jefe de Falange Española. La proposición por tanto fue desechada. Añado, justificando que el gobierno no la tomara en cuenta, que mi convicción de entonces y la de hoy es que el señor Primo de Rivera no hubiera logrado de la gente sublevada en armas que las depusieran, y menos que las rindieran ante el gobierno legítimo de la República. Estos apuntes a que hizo José Antonio en la cárcel de Alicante, quince días antes de su fusilamiento fueron conservados por Indalecio Prieto con otros documentos después de su fusilamiento. Están tomados de “Convulsiones de España\", Indalecio Prieto, Tomo I. Ed. Oasis, S. A., México, 1967. Dicen así: “5 de noviembre de 1936. Cuando la sublevación estalla, se incomunica a José Antonio en la cárcel de Alicante. Durante aquella soledad y aquel silencio, el prisionero traza el guión de un manifiesto político por si le fuera dado concluirlo y publicarlo. Situación. No tengo datos de quién lleva la mejor parte. Por lo tanto, pura síntesis moral: A) Si gana el Gobierno: 1º) fusilamientos; 2º) predominio de los partidos obreros (de clase, de guerra); 3º) consolidación de las castas de españoles (funcionarios cesantes, republicanización, etc.). Se dirá: el Gobierno no tiene la culpa. Los que se han sublevado son los otros. No: una rebelión (sobre todo tan extensa) no se produce sin un profundo motivo. ¿Reaccionarismo social? ¿Nostalgia monárquica? No: este alzamiento es, sobre todo, de clase media. (Hasta geográficamente, las regiones en que ha arraigado más (Castilla, León, Aragón) son regiones de tono pequeño burgués). El motivo determinante ha sido la insufrible política de Casares Quiroga. Persecuciones. Vejaciones. Atropellos... Ejemplo: yo. Mi actuación parlamentario. Ref. agraria... Proposición acusatorio... Asunto de Guinea... Mi conducta política: Persecución por las derechas, Exclusión de candidaturas... Con esfuerzo y sacrificio he logrado disciplinar a una juventud a la deriva, que, probablemente, hubiera derivado hacia la acción estéril. Llega el 16 de febrero. NUESTRA ACTITUD. SALIDA DEL BIENIO ESTÚPIDO. Clausuras. Tolerancia para los asesinatos de los nuestros. Y a poco: Registros. Encarcelamientos (millares). Contra mí: procesos falsos. ¿Resultado?: Imposibilidad de la vida legal, controlada, como partido; reducción a la vida ilegal, incontrolable, en guerrillas. No se puede aumentar indefinidamente la presión de una caldera. La cosa tenía que estallar. Y estalló. Pero ahora B) –¿Qué va a ocurrir si ganan los sublevados? Un grupo de generales de honrada intención; pero de desoladora mediocridad política. Puros tópicos elementales (orden, pacificación de los espíritus ... ) Detrás: 1º) El viejo carlismo intransigente, cerril, antipático. 2º) Las clases conservadoras, interesadas, cortas de vista, perezosas. 3º) El capitalismo agrario y financiero, es decir: la clausura en unos años de toda posibilidad de edificación de la España moderna. La falta de todo sentido nacional de largo alcance. Y, a la vuelta de unos años, como reacción, otra vez la revolución negativa. Salida única: La deposición de las hostilidades y el arranque de una época de reconstrucción política y económica nacional sin persecuciones, sin ánimo de represalia, que haga de España un país tranquilo, libre y atareado. PROYECTO DE GOBIERNO NACIONAL Mi ofrecimiento: \"1. Amnistía general. 2. Reposición de los funcionarios declarados cesantes a partir del 18 de julio. 3. Disolución y desarme de todas las milicias. La existencia comprobada de grupos organizados militarmente hará recaer la responsabilidad sobre las asociaciones o partidos con los que mantengan relación notoria. 4. Alzamiento del estado de alarma y de prevención. (Si por razones de orden público no se considera esto posible, modificación de la ley O.p. en el sentido:1º. de que la prisión gubernativa no pueda durar más de quince días, ni ser impuesta más de dos veces cada seis meses; 2º. que las clausuras de centros políticos se sujeten a las mismas normas; 3º. que las multas gubernativas se hayan de imponer por resolución fundada y, no siendo impuestas en aplicación de preceptos fiscales, no se hagan efectivas sino después de agotados los recursos legales). 5. Revisión de las incautaciones realizadas durante el período anormal, en orden a acomodarlas a los preceptos vigentes antes del 18 de julio. 6. Declaración de inamovilidad de todos los funcionarios públicos, salvo lo que dispusieran los reglamentos orgánicos de los distintos cuerpos vigentes el 18 de julio. 7. Supresión de toda intervención política en la administración de Justicia. Esta dependerá del Tribunal Supremo, constituido tal como está y se regirá por las leyes vigentes antes del 16 de febrero último. 8. Implantación inmediata de la ley de Reforma agraria. 9. Autorización de la enseñanza religiosa, sometida a la inspección técnica del Estado. 10. Formación de un Gobierno presidido por D. Diego Martínez Barrio, del que formen parte los señores Alvarez (D. Melquíades), Portela, Sánchez Román, Ventosa, Maura (D. Miguel). Ortega y Gasset y Marañón. 11. Redacción de un programa de política nacional reconstructiva y pacificadora. 12. Clausura de las Cortes durante seis meses y autorización al Gobierno para legislar dentro de las líneas del programa aprobado\". Más tarde formulo la lista del proyectado Gobierno en la forma siguiente: \"Presidencia: Martínez Barrio Estado: Sánchez Román. Justicia: Alvarez (D.M.). Guerra: El Presidente. Marina: Maura (M.). Gobernación: Portela. Agricultura: Ruiz Funes. Hacienda: Ventosa. Instrucción Pública: Ortega y Gasset. Obras Públicas: Prieto. Industria y Comercio: Viñuales. Comunicaciones. Trabajo y Sanidad: Marañón\".

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