"La asombrosa fortuna de Peeter de Rijp", de Marta Inés Rodríguez (relato incluido en la antología Orgullo Zombi 2)

La asombrosa fortuna de peter de rige por martínez rodríguez narrado por noemí haga todo el mundo en el pequeño pueblo de grave sabía que su vecino peter de riesgo era un hombre afortunado desde niño había a la muerte en tantas ocasiones que se había ganado el sobrenombre de el resucitado su familia regenta una casa poder de huéspedes en la plaza por la que pasaban sobretodo obreros del cercano aíslan responder uno de ellos lo casual al vuelo con apenas tres años cuando se precipitó a la calle desde la ventana del tercer piso el hombre contaba orgullosa quien quisiera escucharle como lo había pillado justo antes de que la cabeza del crío impactar contra el suelo su madre decidió entonces no quitarle los ojos de encima pero la asociación de incidentes que pondrían en peligro su vida no había hecho más que comenzar con cinco años resbaló y cayó al agua justo en el momento en el que el barco de los haré en que se hacía su entrada en el puerto los marineros lo rescataron cuando ya que ahora como una sardina agonizante antes de cumplir los diez en salto el cráneo hasta los hombros entre dos barrotes de la cancela que cerraba el paso de las vacas al pasto entre los nuevos canales el pueblo entero se reunían en torno al chaval la madre llosa y el padre que vociferar un paisano sugirió que le darán el cuello de mantequilla otro que le pusieran fuego delante y así saldría igual que había entrado finalmente el herrero acudió a liberarlo con sus herramientas entre aplausos y carcajadas peter creció temerario de intrépido desafiando las más elementales de la existencia humana ya adolescente conducía a diario de la carreta de las comidas de los obreros cada jornada al mediodía se acercaba al poder con sopa de guisantes salchichas y cerveza aguada un menú austero pero reconfortante para aquellos hombres llegados de todas partes de los países bajos la lluvia y el viento azotaron con fuerza el camino desierto que transcurría junto al canal principal hasta llegar al nuevo sector una vez a la semana el muchacho aprovechaba el viaje para dejar unos cántaros de leche en el molino de en orden a mitad de trayecto la numerosa pero le del molinero salida recibirlo a la carrera jugando a esquivar las aspas que giraban interesantes pero aquel día un golpe de viento hizo que la velocidad de las palas se acelere de repente justo cuando peter pasaba por debajo cargado con una enorme lechera una le golpeó en la cabeza y ambos el chico y la cantera salieron rodando en distintas direcciones cuando abrió los ojos sepa el cuello con terror su primer pensamiento había sido que las pase lo había seleccionado después de aquel día sus padres resolvieron que sería mejor que el hermano mayor se encargará de los almuerzos y que peter los sustituyera en la consejería de la pensión el riesgo de accidentes quedaría sin minimizado peter se hizo un hombre en aquel cuarto en la planta baja del edificio de ladrillo sin más muebles que una mesa y una silla de madera un gol en un rincón para pasar las noches y un brasero de hierro allí se enamoró de la joven que acabaría convirtiéndose en su esposa una la bandera tímida que se sonroja cuando sus mano se rozan en el intercambio de los sacos de sábanas sucias por las cestas de ropa limpia y perfumado la muchacha siempre olía rosas de alcanfor y desde entonces toda la pensión comienzo exhalar el mismo perfume que la piel de su adorada cliente la construcción del poder estaba llegando a su fin y cada vez menos obreros paraban en gral los pocos viajeros que lo hacían era casi siempre por curiosidad para contar después en sus lugares de origen que habían conocido a peter el resucitado su fama de hombre afortunado que había burlado a la muerte en números las ocasiones había circulado de boca en boca por toda provincia holandesa pero sin clientes los días y las noches serán largos en la modesta recepción de la casa de huéspedes una noche de enero en la que la nieve caía fuera y dentro no había manera de entrar en calor pitchers envolvió en una manta ya te hizo el brasero hasta