El Gato, una criatura encantadora y sublime para muchos, un ser maligno y despreciable para otros... Pero siempre misterioso, lo suficientemente cautivador y fascinante como para hechizar la mente del Maestro Lovecraft; adorador empedernido de estas criaturas, que en junio de 1920 les dedicó uno de sus textos dunsanyanos más reconocidos... Y es que esta noche rendimos homenaje a todos los gatos.
Mucho se ha narrado sobre ellos en los mitos y las leyendas del mundo antiguo... Nacidos para ridiculizar al león, enviados por la providencia para terminar con las plagas del gran Arca de Noe; de sus ojos, se dice que conducen al reino de los seres feéricos. La diosa Bastet con cuerpo femenino y cabeza gatuna, protegía los hogares y era portadora de armonía y felicidad, su culto nace en los inicios de la civilización egipcia, cuando el gato domestico llegó a considerarse un animal sagrado. Como muchos ya sabrán, Lovecraft convivió durante su infancia en compañía de un audaz gato negro al que bautizó con el nombre de Nigger-man y al que cuidaba y mimaba con especial afecto. El aprecio de Lovecraft por los gatos se acrecentó de manera significativa hasta su adolescencia. Pero entonces, se desencadenarían dos acontecimientos dramáticos para el niño Howard. Su abuelo, Whipple Phillips, principal valedor de la familia, murió tras haber sufrido una parálisis, poco después de las doce de la noche, el 27 de marzo de 1904. Lovecraft recibió 2.500 dolares y la colección de armas de su abuelo. La mayor parte de la herencia a penas sirvió para repartirse entre los hijos del cabeza de familia y su muerte supuso la quiebra de la compañía familiar, Owyhee Land & Irrigaton, que no tardó en quedar liquidada. Hubo que vender entoces la mansión del 454 de Angell Street, que se convirtió en un nido de despachos medicos, y fue demolida en 1961 para construir un edificio de apartamentos.
Susie Lovecraft y su hijo adolescente se mudaron a una casa tres manzanas al este de la mansión de los philips, allí alquilaron un piso bajo que tenía el numero 598. El cambio supuso un tremendo golpe para el joven Lovecraft que en una de sus cartas de febrero de 1934 afirmaba:
"Por primera vez supe lo que era una casa congestionada, sin servidumbre -con otra familia en el mismo edificio-. Había un solar vacio al lado...que no tarde en explotar como jardín y adornar con un pueblo de casitas, pero ni si quiera eso borraba mi nostalgia. Sentía que había perdido mi completo ajustamiento en el cosmos; porque efectivamente qué era HPL sin el recuerdo de las habitaciones y vestíbulos o tapices y escaleras y estatuas y pinturas...y patios y paseos y cerezos y fuente y arcos de hiedra; y el establo y jardines y todo lo demás?¿Cómo podría un viejo de 14 años (porque efectivamente me sentía así) ajustar de nuevo su existencia a un piso reducido y a un programa doméstico nuevo? Parecía condenadamente inútil seguir viviendo... Mi casa había sido mi ideal de paraíso y mi fuente de inspiración.Pero iba a ser profanada por otras manos... La vida desde aquel día no ha tenido para mí más que una sola ambición: recobrar la vieja casa y restablecer su gloria, cosa que me temo, jamás podré cumplir"
Pero eso no fue todo amigos, para colmar el dolor de Lovecraft, su amado gato Niggerman desapareció. En otra carta de 1937 confiesa: "¡Qué chiquillo era! De una diminuta bolita negra, le vi convertirse en una de las criaturas más fascinantes e inteligentes que jamás he visto. Solía hablar en un verdadero lenguaje de entonaciones variadas, con un tono especial para cada significago diferente. Había incluso un ronroneo especial para el olor de las castañas asadas, que le encantaban. Solía jugar a la pelota conmigo: le daba a una gran esfera de goma, devolviéndomela desde el centro de la habitación con sus cuatro patas, tumbado en el suelo. Y en las tardes de verano, en el crepúsculo, mostraba su parentesco con los duendes de la sombra corriendo por el prado en misiones igniradas, perdiéndose veloz en la oscuridad de los arbustos, de cuando en cuando, para saltar sobre mí por sorpresa y huir otra vez a lo invisible antes de que pudiera cogerle".
Quizá a Niggernam le desgaradara mudarse tanto como a su amo y lo que hizo fue negarse a vivir en la nueva vivienda. El traslado resulto aun más duro tras la marcha de Niggerman, y Lovecraft jamás volvió a tener una mascota. A pesar de lo cual, su admiración por los gatos le permitió escribir el que a la postre sería uno de los relatos más conocidos y recomendados de su literatura temprana, un homenaje universal a la figura del gato y al estilo literario de Lord Dunsany. Asi que ya lo saben amigos, si rinden culto a sus animales domesticos, si prefieren su compañía a la de los humanos, y mantienen con ellos conversaciones de más de dos minutos, acompáñennos, déjense llevar una vez más por la magia del Maestro y visiten con nosotros esta apartada ciudad encantada... Recorran sus frías calles en compañía de "Los Gatos de Ulthar".
El programa incluye también el cuento corto de Jaques Sternberg "Los Esclavos".
Para la realización de este audio hemos recurrido a la biografía de Lovecraft escrita por Lyon Sprague de Camp "Lovecraft, una biografía"
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Comentarios
mi relato favorito de lovecraft
otra vez este gil? que onda no hay otras versiones?
Amo los gatos.
La introducción... Magnífica!!
Los gatos son dioses y lo saben. Sois geniales;un abrazo tentacular.Muchas gracias Noviembre Nocturno.
En días frios y nublados como el de hoy, un poquito de Noviembre Nocturno viene fenomenal. Un saludo y muchas Gracias.
¡Me ha encantado la introducción!
sin los podcast de noviembre nocturno juro por todos los dioses que me habria suicidado ya, vuestra existencia hace del insulso y soporifero mundo algo interesante, animo
Escuchar el relato en la cama junto a dos de estos seres enigmáticos no tiene parangón
muy bueno ahhh