La maldición divina. Capítulo 13. Abel

El ex compañero decir o y asesino elementos la persona que había matado a mi hermana me apunto con el arma que una hora antes había acabado con la vida de hipólito existentes soltarme pero las cuerdas que me acaban a la silla están firmemente ano dadas me hice daño en las muñecas que aumentaron de temperatura con el roce escuche los murmullos sueños de los acompañantes de dorian detrás de mí los que nos habían dejado inconscientes golpeando nos en la cabeza el ex agente apretar el gatillo y la bala salió disparado hacia mi cabeza de pronto como si hubiera tocado contra un muro invisible rebotó y se introdujo en el cuerpo de aquel que le había disparado todo paso muy deprisa dolió cayó al suelo y sus hombres desaparecieron de pronto no los bises pero escuche sus apresurados pasos escapando por la puerta trasera como que huye de un gran peligro pulse con los pies idi un pequeño salto al aterrizar la silla crujido como lo esperaba que hiciera así que repetir la operación tuve que hacer varias veces hasta que la vieja madera cedió y las patadas se deshicieron bajo mi peso caí sobre los trozos de madera y las pastillas hacer mis brazos por debajo de las piernas y de state hacer otras incorporar me este se fue directo hacia dolió en cuanto sirvió libre y le dio un puñetazo ahora insulto por haber matado a todos aquellos críos incluida paloma y por haber engañado fue entonces cuando nos dimos cuenta de que seguía vivo malherido pero viva tiro le cogió del cuello y le exigió que le contase cómo podía invocar a la diosa lo mire como si hubiera perdido el juicio del todo pero no abrir la boca no quería interrumpir el moribundo siro apeló a la poca decencia que pudiera conservar y le dijo que es piara el dolor causado ayudándonos a contactar con era dolió contestó con dificultad que sólo necesitábamos mostrar el cinturón al cielo y decir su nombre ellas se presentarían seguida luego murió que pretendes hacer contra una diosa le dije a mi compañero al ver que coge al cinturón con decisión me contestó que llevarla ante la justicia ningún mito por muy diosa que fuera podía pactar con humanos era una locura en la hacienda te enseñaban que los únicos mitos que estaban fuera de nuestro alcance eran los dioses y semi dioses ya que es su poder era ilimitado fuera cual fuese la cultura la que pertenecían era reinaba sobre el panteón griego susto la invocación ya era todo un desafío o razonable intente disuadir le convencer de que lleváramos el caso a la agencia y que ellos decidieron allí cuál era el mejor plan de acción no me escucho salió por la puerta con cinturón en mano mientras resonaba parecía que había llegado al límite de eso guante le pasaba a los agentes más longevos todo lo que experimentan acababa por volverles locos el cinturón al cielo y llamo con rabia era un rayo salió del cielo y se estrelló cerca de nosotros como si el mismo ceu lo hubiera puesto a disposición de su esposa para que viajará a la tierra una hermosa mujer de pelo plateado como la luz de la luna llena y investida con un vapor su vestido extendió sus manos como limitando nos acogerse nada siro le dijo que cortas el rollo que conocía su pacto condori o y que lo había obligado a matar emulando a heracles para cumplir con el trato me pidió explicaciones nadie se rió a mandíbula batiendo bajó los brazos y abandono toda expresión de comprensión su hiriéndola por una de arrogancia dijo que los humanos éramos estúpidos que habíamos dejado de adorar les de realizar sacrificios en su nombre para sustituir los por divinidades sucedan así como la tecnología drogas o el dinero siro se burló de ella lo que le hizo ninguna gracia con una velocidad inaudita se plantó antes tiro y le cogió de la barbilla con la mano estrujar la le miró con repulsión como quien