Luci y Nati, se llevan casi 9 años. Sin embargo, sus experiencias y recuerdos no distan tanto. No más de los 10 pasos que separan las puertas de sus casas en Maeztu. Existe entre ellas la complicidad de quienes han compartido, además de buenos momentos, otros profundamente difíciles, propios de los tiempos que les ha tocado vivir. Aquellos en los que las infancias duraban mucho menos que lo justo, asaltadas por cargas y responsabilidades adultas, y en las casas y pueblos la convivencia difería significativamente de la actual, para lo bueno y para lo malo.
María Vallejo mantiene con ellas una charla maravillosa, de tarde de merienda, en la que algunos silencios cuentan más que lo que las palabras que los preceden se atreven a decir.
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son dos maravillosas mujeres con su sentido del humos intacto y sus recuerdos dan sentido a la vida actual, algo tendremos que aprender de nuestros mayores, visibilizarlos y quererlos. Aupa chicas