En las elecciones locales, los candidatos afines a la Revolución Ciudadana del exmandatario Rafael Correa se expandieron en el país, aunque no pudieron lograr las alcaldías de las tres principales ciudades de Ecuador. >> Haga clic en la imagen para escuchar el programa completo. A pesar de no haber conquistado las tres principales ciudades de Ecuador –Quito, Guayaquil y Cuenca– en las elecciones locales y provinciales del domingo, los candidatos del correísmo fueron respaldados por los ciudadanos ecuatorianos en varias provincias clave del país. Rafael Correa hizo telecampaña desde Bélgica, a través de las redes sociales, para que su Revolución Ciudadana fuera recordada en las urnas, y aun sin partido propio logró llevarse un espaldarazo de apoyo ciudadano. Como resultado de la fractura en Alianza PAÍS, el partido que fundó el exmandatario, el correísmo colocó a sus candidatos en la organización política Fuerza Compromiso Social. En Quito, el correísmo llegó segundo, mientras que en la provincia de Pichincha gobernará Paola Pabón, exsecretaria de Gestión Pública durante el gobierno de Correa. En la Provincia de Manabí, tercera del país a nivel económico, y azotada por el terremoto de 2016, ganó la prefectura el candidato de Fuerza Compromiso Social, apoyado por Correa. Para algunos, las urnas permitieron el domingo consolidar el correísmo. Pero según Simón Pachano, especialista en democracia, partidos y elecciones de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales en Ecuador (FLACSO), hay que matizar esta afirmación porque la votación no fue “alta, significativa”: “Obviamente es una muestra de que sigue vivo el correísmo, pero con un nivel bastante más bajo”, recalca. Para el politólogo de FLACSO, el interés puramente local de los votantes en estas elecciones hace difícil dar proyección nacional a sus resultados: “Estas elecciones tienen una lógica diferente a las nacionales, es decir que se juegan asuntos más bien de carácter local, de carácter territorial, no se juegan asuntos nacionales, que es cuando se mide la fuerza de los partidos”, explica el especialista. En esta primera llamada a las urnas desde que Rafael Correa dejó la presidencia y le sucedió Lenin Moreno, el partido oficialista Alianza PAÍS, hoy liderado por Moreno, optó por la estrategia de no mandar a candidatos propios. Una operación electoral que dificulta leer los resultados logrados por el gobierno, y un “buen cálculo” según Simón Pachano: “Era un acierto porque la popularidad, el grado de apoyo que tiene el presidente es muy bajo y eso habría perjudicado a los candidatos”. ¿Por qué ese desencanto? “Creo que es básicamente por la situación económica. No ha logrado hasta este momento tener un plan económico de reactivación, de recuperación de niveles salariales de la gente, de empleo”, comenta el politólogo. Alrededor de 13,3 millones de ecuatorianos estaban convocados el domingo para elegir 5.675 cargos municipales y provinciales.
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