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Comentarios
Es triste y desastroso para el conocimiento y entendimiento de la creación por parte del hombre. Llegaron los civilizados españoles y sus santos misioneros evangelizadores...cuanto asentamiento encontraban, destruían construcciones, quemaban códices, esclavizaban indígenas sino es que los mataban, arrasaban premeditada e intencionadamente, quizá como objetivo principal, con toda cultura que encontraban. Todo conocimiento debía desaparecer, todo templo derribado, usando sus rocas para las nuevas iglesias, humillando las costumbres y creencias indígenas, levantando sus iglesias encima de las pirámides semidestruidas mostrando el mayor desprecio posible hacia los pueblos indios, acabaron con todo vestigio de estas frescas culturas y sus ideas, se reprimió la diversidad humana, se aglutinó a la fuerza de espada y biblia la población recién encontrada. Encima se le desprestigió, se dijo que eran crueles y sanguinarios, sacrificadores de humanos en honor de falsos dioses, carecían de la justificación divina que gozaba la santa inquisición, éste sí, bello método evangelizador válido para derramar la sangre humana. Vino luego el saqueo, la rapiña, el robo infame, la esclavización, para el buen y justo enriquecimiento de la corona. Todo debidamente bendecido por los sacerdotes españoles, que para dejarse un buen recuerdo de ellos, de vez en vez defendían de los latigazos a los indígenas que caían al suelo luego de tanta explotación en las minas y en los campos. Bendita conquista, solo faltó que se dijera que era obra divina encomendada por Dios. Se llevaron toda riqueza posible durante más de tres siglos, pero fueron dignos y corteses, en correspondencia, dejaron sosobra, enfermedades, edificaciones hechas con mano esclavizada, castas, nuevos dioses grabados en las mentes indias con la fuerza del miedo y terror al infierno, nuevas ideas religiosas aptas para el sometimiento y control de las sociedades. No se escribió en la historia, pero hubo una comitiva indígena que previamente viajó hasta el viejo continente para solicitar tan maravillosa tarea. Gracias por venir a civilizarnos. Nos quedamos tan agradecidos que desde entonces extrañamos a la madre patria.