Aristóteles está sentado a la sombra, en un banco de piedra. Es un día caluroso y necesita descansar. El joven Alejandro le agota con su vitalidad y su rebeldía.
Nos encontramos en un bosque cercano a la ciudad de Mieza, allí, en el Ninfeo, un santuario dedicado a las ninfas, Aristóteles ha fundado una pequeña escuela. En esa escuela, entre otras tareas, se ocupa de la educación del joven Alejandro. Las clases son realmente difíciles, el chico tiene poca paciencia y a Aristóteles le cuesta conseguir su atención. Por eso, siempre que tiene un rato libre y las circunstancias se lo permiten, le gusta relajarse en ese entorno tan agradable.
Nuestro filósofo se levanta y comienza a caminar por uno de esos paseos sombreados propios del lugar. Ahora que puede reflexionar libremente, le gusta detenerse en un proyecto en el que ya lleva trabajando algún tiempo y que él denomina de Filosofía Primera. Cree que con esos tratados está llevando a su máxima expresión la reflexión puramente especulativa. Está convencido de que en ellos ha captado el verdadero sentido y carácter de la filosofía, esa ciencia enfrentada directamente a la universalidad y totalidad de lo real. Para ello, para conseguir su objetivo, ha tomado al ser como objeto de reflexión filosófica; pero no desde un punto de vista particular, como pueden hacer tal vez las demás ciencias, sino teniendo en cuenta la propiedad más general del ser, es decir, que es, que existe, el ser en cuanto ser. La Filosofía Primera es pues una ontología. Una ciencia del ser.
Pero esta ciencia, que para Aristóteles es la Ciencia por excelencia, también debe tener como objeto el ser por excelencia, y éste es Dios. De esta forma, la Filosofía Primera es también una teología.
Aristóteles disfruta de su reflexión, está ensimismado en sus pensamientos cuando el vuelo de una mariposa lo distrae. Esa mariposa ha llamado la atención de Aristóteles por lo sorprendente de sus colores. Intenta atraparla para su colección, pero se le escapa perdiéndose entre la densidad de la vegetación. En el fondo, ese pequeño insecto ha provocado que Aristóteles dé un paso más en su reflexión. Sí, definitivamente parece claro que el ser se nos manifiesta mediante individuos concretos: esa mariposa que se escapó, su amigo Teofrasto, aquella joven que ahora camina cerca del río…
Aristóteles va a llamar a esos individuos concretos sustancias y en su trabajo tendrá que demostrar cómo la Filosofía Primera es una sola ciencia cohesionada a partir del estudio acerca del ser, de Dios y de la sustancia. Sí, eso es, una única Filosofía Primera en su triple raíz. Ahora Aristóteles se gira, ha oído pisadas tras de sí, el joven Alejandro se acerca sonriendo con su melena rubia ondeando al viento.
Es hora de volver al trabajo.
Música del Podcast: J.T Bruce, Proyect Divinity, Patroux, Carlos&Miguel.
Saludoooooooos.
Comentarios
Estoy terminando de leer el libro y me parece claro el tratamiento del ser y la sustancia no de Dios. Por otra, parte la lectura me ha servido mucho. Si fuera posible, me gustaría escuchar una explicación de la díada ser y no ser.
Completamente agradecido por este magnífico regalo.
Se puede aprender fácilmente; ahora hay que acompañar dicho aprendiazaje con la lectura de la "Metafísica" de Aristóteles. Sería bueno saber qué libros leer. Gracias!
Muy bien, hablad de Berkeley y del idealismo metafísico, cuando podáis.
excelente
gracias
Esto es una mina de conocimientos donde encuentras tesoros gratis, sola paga tu conexion gracias
Muy bueno, me viene fenomenal para preparar mis estudios de filosofía antigua. Saludos
Les agradezco muchisimo estos tesoros para escuchar. Tengo un mp5 y los grabo y los escucho maravillada. Tengo 67 años y disfruto al maximo esta tecnologia gracias gracias
Cuánto aprendo con estos podcasts!! Muchísimas gracias al Vuelo de Antares!