CONCIERTO DE AÑO NUEVO 2020 DE LA BMG
Celebrado en el Teatro Federico García Lorca de Getafe
Los días 11 y 12 de enero de 2020.
Les proponemos viajar musicalmente por la maravillosa ciudad de Roma…
El compositor central de nuestro programa es Ottorino Respighi, uno de los más celebres compositores italianos del siglo XX. Su trilogía romana está compuesta por obras que se compusieron entre 1916 y 1928; se trata de Las Fuentes de Roma, Pinos de Roma y Fiestas Romanas. La obra que van a escuchar hoy es la más popular de las tres, siendo la más interpretada por agrupaciones de todo el mundo. Pinos de Roma es un poema sinfónico compuesto en 1924. Su estreno fue dirigido por Bernardina Molinari, en Roma el 14 de diciembre de ese año. El término poema sinfónico fue usado por primera vez por Franz Liszt. Se trata de una composición que pretende describir una escena mediante la música, como es el caso de la obra que nos ocupa. En Pinos de Roma cada movimiento retrata los pinos de diferentes partes de la ciudad de Roma a lo largo del día.
Consciente de que el público italiano ha sido siempre más inclinado a la ópera que a la música sinfónica, Respighi incluyó unas notas explicativas para cada una de las secciones que les mostramos en nuestro programa de mano, lo que ayudó a que la obra fuera aceptada y entendida.
El primer movimiento nos muestra una escena en la que los niños juegan, bailan y, en definitiva, se divierten en los pinares de la Vila Borguese. Un número muy enérgico y brillante cargado de melodías alegres que mostrarán la esencia de una mañana de juegos infantiles en este primer paraje de Roma.
En contraste con la primera escena, el segundo movimiento nos traslada a unas catacumbas romanas en la que los pinos del paseo son testigos del paso de la historia. Los instrumentos graves adquieren protagonismo para describirnos estas catacumbas romanas usadas en los primeros tiempos del cristianismo para realizar enterramientos. Destacar la trompeta fuera de escena que recrea una elegía a algún difunto y los trombones que representan el canto de los sacerdotes con la palabra de Dios. La hermosa arboleda en la colina del Gianicolo, en la que se encuentra la estatua de Garibaldi, cerca del Río Tiber, es la motivación para el tercer movimiento, en un número que nos sumerge en la contemplación de la paz de la naturaleza. El clarinete entona una bella melodía de amor como si se tratara de un sueño y el sonido de los ruiseñores se hará presente en este movimiento calmado, en el que el compositor quiere mostrarnos la belleza de la naturaleza.
El cuarto movimiento es, posiblemente, uno de los más impresionantes que se han compuesto en la historia de la música, orquestalmente hablando. Si hasta ahora la música ha resultado amable, juguetona, contemplativa, íntima, risueña, romántica.... ahora llega el momento de escuchar una música que muestra todo el poder histórico de Roma.
Este movimiento representa la llegada de las Legiones Romanas a la metrópoli por la Vía Appia, la famosa calzada que entra a Roma desde el Sur, una de las vías más importantes y transitadas de la época imperial… Comienza el movimiento con un sonido grave que indica la marcha al unísono, marcando el paso, de miles de legionarios a lo lejos. En un proporcionado y continuo crescendo, Respighi nos muestra un uso de la plantilla orquestal ejemplar para mostrar toda la grandeza de un país.
En este movimiento también escucharemos un grupo de músicos fuera de escena simbolizando las buccinas romanas (un instrumento musical de viento utilizado por el ejército romano) que ayudarán aún más a la exaltación del poderío de la Roma Imperial.
Estamos seguros de que van a disfrutar en este viaje…
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