Podcast
[otél saboi]
El ruido de Abancay irrumpe sobre el trap que está sonando en la radio del ómnibus mientras bostezo ¿Qué sonidos forman parte de una canción? La máquina que reproduce ese cassette hace un sonido peculiar que en mi memoria forma parte de la melodía ¿en qué se diferencia el ruido del sonido? ¿en qué momento el ruido se convierte en música?
El sonido, un zumbido, un crujido, el chasquido, un estruendo, un estampido, la detonación, un estallido, la estridencia, alboroto, algarabía, griterío, escándalo, bulla, bullicio: ruido. Todo ruido no es otra cosa que sonido. Ningún sonido es inocente.
¿Cómo cambian los sonidos de la ciudad? ¿Cómo sonaba Lima en los 90? ¿Sonaba igual? El 11 de marzo de 1913, Luigi Russolo le escribió una carta al músico Balilla Pratella donde dice que, con la invención de las máquinas, nació el ruido. “Todas las manifestaciones de nuestra vida van acompañadas por el ruido. El ruido es por tanto familiar a nuestro oído, y tiene el poder de remitirnos inmediatamente a la vida misma”.
Mientras escribo esto, escucho el ruido del agua y la risa de Agustina en sus clases de natación reverberando en el espacio. Quisiera recordarlo por siempre. A todo ese entorno de sonidos que percibimos se le llama paisaje sonoro. ¿Qué sonidos recordamos? ¿cuáles ignoramos? Los ruidos son los sonidos que hemos aprendido a ignorar, dice R. Murray Schafer. Puedo recordar el timbre de voz de mis amigos y el sonido peculiar de cada una de sus risas.
En un estudio titulado “El sonido del silencio activa la corteza auditiva” afirman que cuando escuchamos música que nos es familiar, invocamos mentalmente las imágenes auditivas o los recuerdos para completar los espacios en blanco si la música se corta. Durante el experimento, se descubrió que la gente no podía evitar continuar la canción en sus cabezas y la corteza auditiva se mantuvo activa a pesar de que la música había dejado de sonar.
Aunque el oído no escucha la canción, el cerebro la percibe. La música, a diferencia de otra clase de recuerdos, la guardamos cerca de la amígdala y por eso, es la música lo último que olvidamos.
¿Cómo suena hoy el Hotel Savoy?
Durante los 8 días/7 horas registraremos los ruidos, sonidos y voces de la Oficina M-20 en el Hotel Savoy. El 18 de enero abrimos sus puertas para que las personas que quieran pueden participar interviniendo el diario sonoro del Hotel Savoy. Podrán hacerlo interpretando partituras con instrumentos dispuestos en el espacio, con la grabación de su voz, siguiendo instrucciones o simplemente ingresando al espacio. “Nos divertiremos orquestando idealmente juntos el estruendo de las persianas de una tienda, las sacudidas de las puertas, el rumor y el pataleo de
las multitudes, los diferentes bullicios de las estaciones, de las fraguas, de las hilanderías, de las tipografías, de las centrales eléctricas y de los ferrocarriles subterráneos” como decía Russolo.
Con estas 56 horas de grabación, generaremos una documentación de sonidos capturados, o como diría Keith Rowe, un catálogo de eventos sonoros innominados. Con este registro, se crearán una serie de composiciones de las que resultarán diversos paisajes/imágenes que se presentarán el octavo día de la muestra.
El material completo será colgado en esta web para que puedan oírlo, intervenirlo y modificarlo. Invitamos por tanto a todos a observar con atención todos los ruidos e intervenir durante estos 8 días el diario sonoro del Hotel Savoy. “Así, los motores y las máquinas de nuestras ciudades industriales podrán un día ser sabiamente entonados, con el fin de hacer de cada fábrica una embriagadora orquesta de ruidos”.
El sonido, un zumbido, un crujido, el chasquido, un estruendo, un estampido, la detonación, un estallido, la estridencia, alboroto, algarabía, griterío, escándalo, bulla, bullicio: ruido. Todo ruido no es otra cosa que sonido. Ningún sonido es inocente.
¿Cómo cambian los sonidos de la ciudad? ¿Cómo sonaba Lima en los 90? ¿Sonaba igual? El 11 de marzo de 1913, Luigi Russolo le escribió una carta al músico Balilla Pratella donde dice que, con la invención de las máquinas, nació el ruido. “Todas las manifestaciones de nuestra vida van acompañadas por el ruido. El ruido es por tanto familiar a nuestro oído, y tiene el poder de remitirnos inmediatamente a la vida misma”.
Mientras escribo esto, escucho el ruido del agua y la risa de Agustina en sus clases de natación reverberando en el espacio. Quisiera recordarlo por siempre. A todo ese entorno de sonidos que percibimos se le llama paisaje sonoro. ¿Qué sonidos recordamos? ¿cuáles ignoramos? Los ruidos son los sonidos que hemos aprendido a ignorar, dice R. Murray Schafer. Puedo recordar el timbre de voz de mis amigos y el sonido peculiar de cada una de sus risas.
En un estudio titulado “El sonido del silencio activa la corteza auditiva” afirman que cuando escuchamos música que nos es familiar, invocamos mentalmente las imágenes auditivas o los recuerdos para completar los espacios en blanco si la música se corta. Durante el experimento, se descubrió que la gente no podía evitar continuar la canción en sus cabezas y la corteza auditiva se mantuvo activa a pesar de que la música había dejado de sonar.
Aunque el oído no escucha la canción, el cerebro la percibe. La música, a diferencia de otra clase de recuerdos, la guardamos cerca de la amígdala y por eso, es la música lo último que olvidamos.
¿Cómo suena hoy el Hotel Savoy?
Durante los 8 días/7 horas registraremos los ruidos, sonidos y voces de la Oficina M-20 en el Hotel Savoy. El 18 de enero abrimos sus puertas para que las personas que quieran pueden participar interviniendo el diario sonoro del Hotel Savoy. Podrán hacerlo interpretando partituras con instrumentos dispuestos en el espacio, con la grabación de su voz, siguiendo instrucciones o simplemente ingresando al espacio. “Nos divertiremos orquestando idealmente juntos el estruendo de las persianas de una tienda, las sacudidas de las puertas, el rumor y el pataleo de
las multitudes, los diferentes bullicios de las estaciones, de las fraguas, de las hilanderías, de las tipografías, de las centrales eléctricas y de los ferrocarriles subterráneos” como decía Russolo.
Con estas 56 horas de grabación, generaremos una documentación de sonidos capturados, o como diría Keith Rowe, un catálogo de eventos sonoros innominados. Con este registro, se crearán una serie de composiciones de las que resultarán diversos paisajes/imágenes que se presentarán el octavo día de la muestra.
El material completo será colgado en esta web para que puedan oírlo, intervenirlo y modificarlo. Invitamos por tanto a todos a observar con atención todos los ruidos e intervenir durante estos 8 días el diario sonoro del Hotel Savoy. “Así, los motores y las máquinas de nuestras ciudades industriales podrán un día ser sabiamente entonados, con el fin de hacer de cada fábrica una embriagadora orquesta de ruidos”.