Has elegido rechazar las cookies basadas en consentimiento que utilizamos principalmente para gestionar la publicidad. En adelante, para acceder a nuestra web tienes que elegir alguna de las siguientes opciones.
Premium
3,99 €/mes o 39,90 €/año
Sin publicidad y mucho más
Plus
Por 9,99 €/mes
Contenido exclusivo y sin publicidad
Si has cambiado de idea, puedes aceptar las cookies y continuar usando iVoox de forma gratuita.
Con tu consentimiento, nosotros y nuestros 813 socios usamos cookies o tecnologías similares para almacenar, acceder y procesar datos personales, como tus visitas a esta página web, las direcciones IP y los identificadores de cookies. Algunos socios no te piden consentimiento para procesar tus datos y se amparan en su legítimo interés comercial. Puedes retirar tu consentimiento u oponerte al procesamiento de datos según el interés legítimo en cualquier momento haciendo clic en ''Obtener más información'' o en la política de privacidad de esta página web.
Nosotros y nuestros socios hacemos el siguiente tratamiento de datos:
Almacenamiento y acceso a información de geolocalización con propósitos de publicidad dirigida, Almacenamiento y acceso a información de geolocalización para realizar estudios de mercado, Almacenar la información en un dispositivo y/o acceder a ella , Datos de localización geográfica precisa e identificación mediante análisis de dispositivos , Publicidad y contenido personalizados, medición de publicidad y contenido, investigación de audiencia y desarrollo de servicios , Uso de cookies técnicas o de preferencias.
Comentarios
Todo va de la mano, ni mujeres ni hombres son tan santos. El capitalismo nos divide, nos corrompe con caramelos según género y nos enfrenta. Podríamos hablar de la libertad sexual que tienen las mujeres en el ámbito de la educación académica, o de las presunciones exorbitantes que se hacen en el ámbito judicial como supuesto sexo débil y que son explotadas, por ejemplo. Como es muy cierta la abominable explotación sexual que se hace en prostíbulos con mujeres de países más pobres
El feminismo se está pegando un tiro en el pie con esta radicalización. Además alguien que se gana la vida con esta nueva industria, tiene poca credibilidad cuando de su discurso depende su trabajo.
El sesgo ideológico es evidente: La autora es incapaz de vincular el aumento de la prostitución con el papel de la mujer en la sociedad contemporánea. Prefiere hablar de: "colonialismo sexual", "capitalismo internacional", patriarcado,...