Año 240 antes de cristo, Roma lucha contra Cartago por la posesión del mediterraneo, el resultado de las guerras púnicas determinará el destino del mundo occidental. En el otro extremo del mundo, en un lugar que no será descubierto por occidente hasta 1000 años después, se libra una guerra aún más épica, siete ancestrales reinos chinos han estado luchando entre si encarnizadamente durante más de 500 años, los más poderosos eran Han, Chu y Qin. Desde la capital Xianyang, Qin Huang gobierna el reino de Qin, lo que lo distingue de los otros gobernantes es su juventud y su gran ambición, una ambición que le llevará años después a ser el primer emperador de la China unificada. Año 230 antes de cristo, El rey de Qin, Qin Huang está preparado para forjar un imperio, está centrado únicamente en su objetivo final, unir cielo y tierra en un imperio que perdure en el tiempo, Para conseguir su sueño el joven rey tendrá que conquistar los otros 6 reinos Chinos y tendrá que empezar por sus vecinos de Han ya que una vez conquistados estos podría mandar a sus ejércitos a conquistar el resto de los reinos y así unificar toda China bajo su mandato imperial. Pero la conquista de Han no será una tarea fácil ya que es uno de los reinos más poderosos, de perder la guerra contra los Han los sueños imperiales de Qin Huang se verían frustrados. Año 221 antes de Cristo, el rey de Qin ha derrotado al último de los 6 reinos enemigos y ha creado el primer imperio de China logrando el sueño por el que llevaba luchando y soñando toda la vida, había destruido a todos sus enemigos y unificado el mundo conocido. Se nombra a si mismo Qin Shi Huang, el primer augusto y divino emperador de China. Había creado un poderoso ejército, había ganado muchas batallas pero por supuesto aquellos a los que había derrotado militarmente no necesariamente apoyaban su reinado por eso su mayor preocupación eran las familias dirigentes de los estados que había conquistado a las trasladó a su capital para tenerlas controladas y lejos de los ejércitos de sus tierras. A medida que avanzaba el tiempo aparecían más presagios de que Qin Shin Huang no estaba siendo y buen gobernando y que su gestión no estaba siendo acertada, pero en vez de hacer autocrítica, analizar y cambiar sus métodos lo hizo fue ocultar las evidencias y para el año 211 antes de cristo el emperador se estaba volviendo paranoico, tenía mucho miedo y estaba moviéndose constantemente de palacio en palacio pensando que le estaban intentando matar no confiando ni en sus más allegados ministros y hombres de confianza mandando matar a todos menos a su canciller. La otra obsesión del emperador era la vida eterna, mandando a todos los magos y médicos tratar de encontrar alguna fórmula con la que pudiese prolongar su vida, uno de los resultados de esta obsesión fue la construcción de su tumba junto con su ejército de soldados de terracota con los que esperaba de igual manera ganar la vida eterna.W
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