Existen estudiantes universitarios que viven el primer año de universidad en una residencia o comparten piso con otros compañeros.
Convivir en un piso de estudiantes puede ser un infierno o una experiencia divertidísima, pero hay que dar con la casa adecuada, con vecinos agradables y con los compañeros ideales. Parece una tarea harto difícil, ¿no?
Es posible que tú, oyente de “Universintiendo” hayas compartido piso y estés en estos momentos reviviendo en tu cabeza algunas de las anécdotas que se produjeron durante este periodo de convivencia.
Algunas son clásicas… llegar a altas horas de la madrugada y a pesar de entrar con cuidado logras despertar a todos, luces que nadie ha dejado encendidas, el famoso “fulanitoooo, ¡¡¡PAPEL!!!”, el cartón de leche vacío en el frigorífico, quién baja la basura, quién se ha comido el salchichón que mi madre me ha traído del pueblo, discutir por quién se levanta a abrir la puerta, o la creencia de que la nevera se llena automáticamente y el baño se limpia solo.
Es probable que varios de nuestros amigos estudien en la misma universidad e incluso en la misma clase que nosotros, pero debemos pensar con detenimiento si compartimos piso con ellos o le alquilamos una habitación a desconocidos.
Debemos pensar en los pros y los contras de cada situación y tomar la decisión que más nos beneficie. A veces, compartir piso con amigos hace que dejen de serlo, la convivencia crea fricciones y cuando se pasan muchas horas al día junto a otra persona, podemos acabar hasta el gorro de ella. Por otro lado, vivir con otras personas que no conocemos es una lotería: lo mismo nos toca gente estupenda con la que congeniamos enseguida o lo mismo son una panda de psicópatas que pertenecen a una asociación de amigos del pimiento. Hagamos lo que hagamos, siempre hay que sopesar las distintas opciones que se nos presentan.
La convivencia es difícil. Incluso con amigos de toda la vida, incluso con nuestro perro. Hay gente organizada y desorganizada, maniática o no, gente que prefiere hacer compras conjuntas y gente que las prefiere individuales, gente que pone una lavadora a diario y gente que la pone una vez al mes. Y lo peor es que nunca se sabe cómo van a llevarse dos personas bajo el mismo techo hasta que este lleva un tiempo sobre sus cabezas.
Conceptos como tolerancia, disciplina, confianza, convivencia, orden, limpieza, compromiso, respeto... serán abordados en el programa de hoy.
Comentarios