Brasil o el fracaso de los modernos - Ampliando el debate

Brasil o el fracaso de los modernos - Ampliando el debate

Audio no disponible. Inténtalo más tarde.
  • Descargar
  • Compartir
  • Me gusta
  • Más
Preparando para la descarga

Preparando audio para descarga.

Escucha patrocinada. El audio empezará en pocos segundos...

Escucha sin anuncios y sin esperas con iVoox Premium

Pruébalo Gratis

X

Descripción de Brasil o el fracaso de los modernos - Ampliando el debate

brasil populismo Nueva Derecha Bolsonaro alt right


Este audio le gusta a: 23 usuarios

Comentarios

Por decisión del propietario, no se aceptan comentarios anónimos. Registrate para comentarlo.
mazing82

Confiaba en que se aclarara por qué ha ganado Bolsonaro, o por qué la izquierda no gana en un país con gran masa obrera, pero veo que como suele ocurrir en los programas de izquierdas, cada cual se dedica a hablar de sus propias fijaciones... Poco mas o menos es como si al hablar de los chalecos amarillos se dijera que eso pasa porque somos poco ecologistas...

Por decisión del propietario, no se aceptan comentarios anónimos. Registrate para comentarlo.
ere mezu

fantástico debate. grandes intervenciones pero agradecer especialmente a Francisco. el proceso de concentración de tierras, pero tb de personas en ciudades, es la respuesta universal del capitalismo frente al colapso ecológico, energético social y económico, de un modelo decadente. Brasil es el exponente del agronegocio extractivista, no olvidemos que es un gran productor de etanol para los motores de gasolina, además de soja

Por decisión del propietario, no se aceptan comentarios anónimos. Registrate para comentarlo.
El Educado

Me ha gustado Daniel (¿apellido?)...Interesante programa en general. Pero creo que sois demasiado materialistas en filosofía. Tratáis de ecologismo, sociología, economía...Pero apenas habláis de política, de democracia, de las reglas fomales de la democracia. Creo que es todavía un campo a explorar. De lo que debería ser en cuanto a responsabilizar a la gente en su autogobierno. Pero quizá hay un momento para cada cosa. No sé. Gracias a Nacher por mantener la serie de Ampliando el Debate.

Por decisión del propietario, no se aceptan comentarios anónimos. Registrate para comentarlo.
Devenir

Spinoza ya se planteó la pregunta:  ¿Por qué combaten los hombres por su servidumbre como si se tratase de su salvación ?¿Por qué soportan los hombres desde siglos la explotación, la humillación, la esclavitud hasta el punto de quererlas no sólo para los demás, sino también para sí mismos?¿como explicar que gran parte de ese mismo proletariado continue votando a gobiernos que trabajan claramente en contra de sus intereses? Esta me parece sin duda la pregunta más importante que podemos hacer. Y la respuesta está en el aspecto subjetivo y libidinal, y en la conformación de la subjetividad, que cierta forma demasiado racional de analizar los hechos deja fuera. ¡Qué poco se habla de ésto tan importante!. Uno de los perfiles de la Posmodernidad tan denostada como la culpable del mundo en el que vivimos (cuando para mi lo que realmente hizo fue poner de manifiesto como funcionan las cosas…) es el de la constatación de que el ser humano, además de su faceta racional, está atravesado por otro tipo de dinámicas que resulta imprescindible comprender si se pretende entender la realidad y hacer política. Seguramente entenderíamos mejor como cosas, como el nacionalismo o el ascenso del fascismo, calan tan profundamente. Armados exclusivamente de la racionalidad más circunspecta, seguiremos en la senda de derrota. Urge urdir estrategias que «afecten», influyan, seduzcan... La racionalidad de muchísimas  propuestas de izquierda, de cuidado del medio ambiente, de responsabilidad, de justicia social, de pacificación de la vida en todos sus niveles está más que acreditada. Pero se trata de conseguir que la gente se sienta afectado por ello. No se trata solo de que un argumento sea racional, o verdadero, sino también de que influya a la gente. Las ideas, por sí solas, no tienen fuerza política, es preciso cargarlas de capacidad de afectar. Una idea como la de cambio climático, no afecta, (hasta que lo experimentamos realmente pero ya no como idea..), lo que hace que las políticas sigan realizándose de espaldas a esa realidad. El estado del Bienestar desactivó las reivindicaciones obreras. El deseo fue encauzado. Las subjetividades sometidas...y el capitalismo sigue viviendo dentro de nosotros. No es solo un sistema economico, son unos valores y unas prácticas. Decimos desde el convencimiento racional unas cosas, practicamos desde el deseo otras. (el famoso chalet es un pequeño manifiesto de esto…) En nuestro pais el gran acierto de la derecha franquista de la transición fue entender perfectamente esto, que la gente no se mueve por ideologías sino por un chalet y un seiscientos...Esta es la tesis de Gonzalo Fernández de la Mora, el gran intelectual franquista, cabecilla del desarrollismo opusdeista que escribió “El crepúsculo de las ideologías” que viene a decir esto mismo, que para gobernar un país, para tener a la mayoría de la población detrás, no hace falta una ideología bien definida...sino construir el modelo de subjetividad necesario para la sociedad requerida, hoy capitalista de consumo. Aunque la condicion obrera de servidumbre siga instalada, se acepta. Los privilegios se mantienen...Con el fin del estado del bienestar vuelven las quejas: "Queremos un mejor reparto de la tarta..." (hoy que está en cuestión la tarta misma!...) No todo en el capitalismo es mentira. Sabe que aparte de los intereses racionales hay un deseo que él sabe perfectamente acoger y alejarlo de esas reivindicaciones redistributivas. Tiene una verdad que se dirige al deseo y no solo a los intereses...y asi, una politica puramente racionalista no hace mella por abandonar esa linea del deseo... la clase baja es muy culta, pero no logra superar esa tensión, ese contraste entre intereses y deseos. El sujeto es el objeto mejor producido por la sociedad capitalista. Solo desde la conciencia de esa producción social de la subjetividad es posible entablar el combate por la producción de una subjetividad alternativa. Frédéric Lordon, activista francés con los chalecos amarillos, es uno de los economistas críticos más interesantes de la actual escena europea porque tiene muy en cuenta estas cosas , que toma del mismo Spinoza: que las acciones de los individuos vienen provocadas siempre por causas exteriores que nos impelen a actuar, lo que en lenguaje spinoziano se conoce como afectos. Frente a la tradicional idea cartesiana, kantiana, de un individuo libre y autónomo que actúa a partir de sus propias decisiones, Lordon desde Spinoza y Deleuze, subraya las múltiples influencias a que se halla sometido el actuar humano. Influencias que la mayor parte de las veces quedan ocultas o inconscientes, lo que deriva en la creencia de que nuestros actos son fruto exclusivo de nuestras decisiones. No es una visión fatalista del sujeto, en la que este queda sometido a los vaivenes de un mundo que le domina. All contrario, es preciso ser conscientes de esas influencias exteriores, de esos afectos, para poder tener algún tipo de control. De ahí el análisis de las estrategias que inducen a los individuos a tomar sus decisiones, las máquinas mediáticas de creación de subjetividad ¿Cómo son afectados los individuos? Una pregunta de enorme importancia. No se trata de que un argumento sea racional, o verdadero, sino de que «apasione», influya, a la gente. Las ideas, por sí solas, no tienen demasiada fuerza política. Las Revoluciones son movidas mas por deseo. Creímos que la fuerza del 15-M iba a cambiar la sociedad. Porque supo entusiasmar. Podemos al principio también apeló a ese entusiamo del deseo imprescindible. Lo consiguió con la idea de que las decisiones democráticas las tomamos todos, no unos pocos, con la idea de los círculos. Pero se fue al garete y quedó lo de siempre. Y con ello la alegría se esfumo. Con razones no se cambia el mundo. La razón no nos hace mover ni un músculo. Quienes manejan la maquina capitalista lo saben perfectamente. Por eso ganan. Subsunción real. Además como si los amos del calabozo se fueran a quedar con los brazos cruzados. Las oligarquías siempre defienden, a sangre y fuego, y aquí sí, muy racionalmente, sus privilegios. Promover afectos alternativos, generar otro tipo de pasiones es condición indispensable para un nuevo mundo, una nueva política. De otro modo, hacer política institucional es tarea casi vana. Es aceptar sin más la delegación absurda de la administración de la vida, de hacernos creer que las acciones personales de cuatro gatos concienciados, entre los que siempre creemos encontrarnos, podrán cambiar algo, cuando la masa mayoritaria seguirá yendo en coche a comprar a la gran superficie el fin de semana. A llenar los carros del súper de productos procesados de las multinacionales. Quizás sí, las decisiones individuales en la forma de vida y un consumo responsable, que arrastran al prójimo a imitar, sean el primer paso para intentar cambiar la situación, porque la generación del sentido común comienza ahí, pero ya el problema es mucho más estructural y bien interiorizado. Sin duda lo micro y lo macro tienen que darse la mano. Tampoco debemos proyectar demasiada carga de conciencia en los ciudadanos. Gracias.

Por decisión del propietario, no se aceptan comentarios anónimos. Registrate para comentarlo.
Levante y Piensa

Reflexión de 2 minutos sobre la violencia como salida: https://www.youtube.com/watch?v=BrVkhpPBNyQ

Por decisión del propietario, no se aceptan comentarios anónimos. Registrate para comentarlo.
Lurhaizea

El drama de la izquierda postdesarrollista es el de encarnar a Casandra. No se equivoca un ápice en señalar el origen de los actuales problemas, el suyo es un planteamiento pre-liberal, a mi juicio. Conocer de los actuales problemas implica una moción a la totalidad de la revolución liberal y sus valores, pero efectivamente es prisionera de esta, y de las herramientas de intervención (ya inútiles) y culturales que fue históricamente desarrollando para producir un "amejoramiento" social compatible con el sistema especulativo e industrial del que depende. Para el liberalismo solo hay progreso en la medida que hay beneficio económico, la lógica de este beneficio no radica en la creación de riqueza sino en la destrucción de bienes. Parte de plantear que el ser humano crea riqueza cuando lo que realmente hace es explotar unos bienes naturales dados y finito.. Cuando llegamos a este punto es relevante señalar lo que se acerca agigantadamente a ese pensamiento teologal que concibe la naturaleza no como recurso sino como creación, dignificando su función no de un modo material sino trascendente. Defiende la cualidad como forma de enfrentar un sistema cuantitativo basado en la explotación igualitaria de toda materia necesaria para el sostenimiento de la vida. Frente a la sacrosanta libertad individual defiende imponer como límite absoluto el bien común, ve crímenes contra la humanidad y el planeta en actitudes particularmente egoístas que hasta no hace mucho se veían como legítimo derecho de la persona. La izquierda post desarrollista no se ha equivocado ideológicamente al enjuiciar al liberalismo y los monstruos que ha engendrado. Estamos viendo y viviendo como la culminación del desarrollo de su propia filosofía material lo ha conducido a la contradicción abierta y negación de sus mismos valores fundacionales, constatación de la falacia de la libertad, falacia de la igualdad, colapso y destrucción del modelo de pensamiento humanista. Como ya no puede conciliar amejoramiento material con beneficio inventa nuevos axiomas identitarios sobre los que descargar el dogma de su narrativa de la emancipación de la que depende la legitimidad acumulada de sus construcciones culturales y políticas, porque cuestionar sus fundamentos significa cuestionar aquellos mecanismos de desarrollo sobre los que se asienta la totalidad de su historia. Resulta difícil explicar cómo algo que debía haber servido para liberar a la humanidad de la tiranía se ha convertido en una tiranía contra la humanidad y el planeta. La izquierda postdesarrollista no puede escapar de esa contradicción ni ofrecer soluciones, más allá de la acertada crítica al modelo desarrollista, sin asumir que en su identidad también va el ser un producto cultural del mismo sistema disfuncional que critica, entonces asume el miedo de saberse parte de esa construcción que camina hacia su aniquilación y el tono argumental de su confrontación baja, cayendo en absoluta parálisis. Esa parálisis es la responsable de que surjan los más soberbios y furibundos defensores del ultraliberalismo, sabedores de que su construcción se desmorona prefieren hacerlo al mando y no a la cola del tren progreso. Nada extraño, es la respuesta más lógica al problema dentro de sus parámetros de pensamiento. La solución al colapso del capitalismo no podrá venir de la misma sociedad que este ha tejido. Las personas y su modo de vida dentro del capitalismo constituyen obstáculos absolutos para su superación. La izquierda no puede presentar alternativas viables al modelo por mucho que esté en descomposición real porque forma parte del problema. Los elementos críticos solo pueden esperar a que el modelo colapse, aunque al tiempo harán inconscientemente todo lo que esté a su alcance por evitarlo. Por último estoy de acuerdo con lo que dice uno de vuestros contertulios, una de las cosas que más pueden ayudar a superarlo es acelerar su degradación. La solución autoritaria y desarrollista de los neoliberales pueden ayudar a reducir los márgenes temporales de supervivencia del sistema. Para todo lo demás tan solo se pueden ir haciendo esfuerzos de concienciación y búsqueda de nuevos paradigmas para el tiempo que vendrá después, y en esa labor de concienciación post-burguesa, liberal, desarrollista, industrial, y de sociedad de masas, si que es meritorio el trabajo que algunos hacéis desde la izquierda crítica. Un abrazo y felicitaciones por vuestros programas.

Por decisión del propietario, no se aceptan comentarios anónimos. Registrate para comentarlo.
Revolucionario

Aburrís.

Por decisión del propietario, no se aceptan comentarios anónimos. Registrate para comentarlo.

Más de Política, economía y opinión