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Comentarios
Muchas gracias por el episodio y el trabajo para realizarlo. Un cordial saludo.
Gracias por vuestro programa. No sabía que el hotel estaba en una zona tan degradada. Desde luego, no creo que la muerte se deba a nada sobrenatural pero me cuesta creer que la muchacha se metiera en el tanque de agua sola y se quitara la ropa. Si, como decís, el propio hotel no es un lugar muy seguro, me parece bastante probable que alguien la acosara o la agrediera al percatarse de que la chica no estaba bien. Creo que los padres pidieron una indemnización pero se la denegaron al considerarse la muerte como accidental, cosa que interesa al hotel para no tener que pagarla. Sin embargo para mí sí que ha habido negligencia, tanto en la falta de medidas de seguridad del hotel como en la investigación de la policía. Aquí parece que todos se escudan en que la chica estaba "mal de la cabeza" y qué cómo se va a prever que una persona así deambule por zonas prohibidas del hotel... Pero por esa misma falta de medidas cualquiera ha podido cogerla y tirarla al tanque. Pobre muchacha.
Gran programa, muy recomendable. Me ha encantado el análisis de este caso tan siniestro.
Original el tema tratado, como casi siempre. Chapó por el equipo del Dragón
El podcast comienza en el minuto 30, para navegantes.
El documental está muy bien estructurado. Por una parte está la victima, sus circunstancias personales y los hechos acaecidos alrededor de ella y que la conducen a ese final tan trágico: su transtorno que lleva a su familia a sobre protegerla, su comportamiento en el viaje y el abandono de la medicación, sus problemas con las compañeras de habitación en el Cecil y que llevaron al hotel a trasladarla a la última planta, donde era la única huésped, debajo justo de la azotea, en su último día allí. El vídeo transcurre en esa planta, luego deseaba bajar porque se sentía acosada, un síntoma de su transtorno bipolar extremo, llegando a tener alucinaciones. Al pulsar todos los botones del ascensor pulsa varias veces el de apertura de puertas, se asusta, sale, se esconde dentro otra vez y acaba yéndose hacia la izquierda, hacia las escaleras interiores de la azotea. Allí busca un escondite y decide subirse a la cisterna más escondida de las cuatro. El pánico la lleva a decidir que el interior de la cisterna es perfecto para evitar ser encontrada y sube hasta la trampilla. Ese mismo pánico le da fuerzas para abrirla, se mete dentro y aguanta flotando hasta que ve que no hay salida. La ropa empapada la arrastra al fondo y se la quita y el agotamiento acaba con su resistencia, ahogándose. La putrefacción genera gases que mueven el cuerpo y así la encuentra el encargado de mantenimiento, que es seguro que ve la trampilla abierta y sube primero a esa cisterna. Al ver el cuerpo cierra la trampilla y baja a pedir ayuda y lo demás es especulación. La policia, que ignora su transtorno, interpreta erróneamente el vídeo y, al publicarlo hace que los internautas se movilicen y acaben arruinándole la vida a un pobre músico con sus investigaciones de salón. La directora, que ve cómo sus esfuerzos por reflotar ese hotel son en vano, y el drama de los “sin techo” que, ante los planes del ayuntamiento para reubicarlos se defienden alegando que ese espacio es suyo y tienen derecho a seguir allí. No olvidemos que las drogas son una elección, no una obligación y en el Cecil tienen 10 plantas a bajísimo precio para vivir. Si la familia no pidió una indemnización es porque sabían que el forense tenía razón: fue una muerte accidental ya que ella se escondió, no se suicidó. Lo deja todo clarito clarito. Saludos. PD: el músico sí debería haber denunciado a los pseudo “ciber investigadores” por calumnias graves e incitación al odio. Con Elisa, es la otra víctima de una enfermedad tan desconocida como subestimada.
en un momento del vídeo parece que está hablando con alguien invisible... creo que eso no es trastorno bipolar. Más bien es esquizofrenia, no?
Hola, me he quedado de piedra con las coincidencias con esa peli.