Unir las puntas de un mismo lazo, entrevista a Marisa y Paula 19-09-2020

Con frecuencia la realidad se pinta solamente con dos colores: blanco y negro, porque muchos están convencidos de que en un lado están los buenos y en el otro los malos que son culpables de todo.
En política vemos diariamente cómo aquello que dice o propone el adversario se considera a priori equivocado y aún peor, perverso. Esta forma de mirar la vida genera divisiones, descalificaciones y agresiones, de graves consecuencias. Un ejemplo se aprecia en la permanente odiosidad que enfrenta a sectores de la sociedad. En el medio están los cavadores de grietas que hacen mucha plata con las contiendas, viven y trabajan para encender odios y despertar la bestia egoísta que todos llevamos dormida en nuestro interior.
El sábado pasado ,un mensaje de una oyente me encendió una luz en la oscura y dolorosa realidad de las tomas de tierras en nuestro país… Conflicto agudo si los hay: Propiedad privada versus necesidades sociales ¿ Delito o derecho?
No hablo de los ocupas vip. No hablo de usurpadores con ejércitos. No hablo de las bandas canallescas que hicieron fortunas y apellidos pisoteando ranchadas. Ese es otro plano de la realidad que no exige punto medio sino contrapeso para lograr el equilibrio.
Hablo del conflicto que se abre cuando de un lado está tu tierra justamente adquirida y justamente administrada y del otro familias que necesitan un lugar en el mundo. Historias desgarradoras de intemperie.
Tiré del piolín de este mensaje y me encontré con un verdadero ejemplo de lo que Dios puede hacer cuando hay voluntad de diálogo, sensibilidad social, respeto y ética….. En esta historia la Iglesia, el ejecutivo, los ocupantes, la propietaria, la justicia, han sido verdaderos “poetas sociales” que pintaron con esfuerzo y con gracia un cuadro donde todos ganan porque gana la paz y la justicia.
Te invito a conocer la historia de la ocupación de tierras en Choele Choel, escuchar a sus protagonistas y conocer los procesos multidimensionales que pone en marcha el amor cuando se lo deja entrar.
Hablaremos con el Padre Christian Bonnin, párroco del Choele, Marisa y Paula, ocupantes en vísperas de ser propietarias, y yo te contaré el hermoso diálogo que mantuve con la propietaria de las tierras.
Realmente una historia que merece ser contada. Trasciende el caso y llega a esos fondos agrietados del alma para sembrar esperanzas de “unir las puntas de un mismo lazo” cuando se comprende que es realmente un mismo lazo.