Reconócelo, sólo hablar de las vacaciones nos pone de mejor humor y nos saca una sonrisilla.
El periodo de vacaciones además tiene algo en el aire que hace que estemos todos de mejor humor. Lo achacamos a que hace mejor tiempo, los días son más largos, sin embargo, hay algo más. Durante este periodo es como si nos colocáramos un filtro más amable desde donde vemos la vida. No es sólo que nuestra rutina y el tiempo cambie, cómo vemos la vida durante unos días también cambia.
Las vacaciones ciertamente son necesarias para recargar las pilas y descansar, pero además tienen el potencial de servirnos de muchas otras maneras.
Estos son 5 de los regalos que las vacaciones nos traen año tras año:
1. Nos ponen de manifiesto la capacidad que tenemos de dirigir la atención de nuestra mente en una dirección que nos ayuda a sentirnos mejor.
Normalmente decimos que desconectamos cuando estamos de vacaciones. En realidad lo que hacemos es conectarnos al momento presente. A lo que estamos viviendo. Al lugar en el que estamos. A las personas con las que estamos.
Cuando tenemos la mente en el momento presente, apreciando lo que estamos viviendo, el resto de preocupaciones parece que se desvanecen. Y digo parece porque en el momento en el que decidamos volver a poner nuestra atención en la preocupación, ahí estará de nuevo.
Si puedes dirigir la atención de tu mente al momento presente y a apreciar durante las vacaciones, también lo puedes hacer el resto de los días. Sólo tienes que asegurarte de que eliges conscientemente hacia dónde diriges tu atención, teniendo en cuenta el efecto que tiene en cómo te sientes.
Tu mente por sí sola puede dar vueltas a lo mismo una y otra vez, pero está en ti dirigirla al momento presente y apreciarlo. Si lo haces en vacaciones también lo puedes hacer el resto del año.
2. Nos ayudan a recordar o aprender características o habilidades sobre nosotros mismos.
Cuando estamos de vacaciones nos damos más permiso para ser nosotros mismos, para hablar con personas que no conocemos, para sacarle la diversión a cualquier momento, para hacer actividades nuevas e incluso algo arriesgadas.
Con frecuencia regresamos de las vacaciones pensando “nunca me podría haber imaginado que yo…”
Estas experiencias nos recuerdan que somos más valientes y capaces de lo que creemos. Que nuestro día a día y lo que ocurre en él está limitado, no por quien soy, sino por quien me creo que soy.
Lo beneficioso de tener experiencias donde expandimos nuestro rango de comportamiento es que, si las valoramos, podemos crecer como personas y llevarnos esta nueva forma de ser o de comportarnos a nuestro día a día.
Si te das el permiso para ser más tu y explorar en vacaciones, también puedes hacerlo en el día a día.
3. Nos facilitan comenzar un hábito nuevo
No tener tiempo es la razón más común para no empezar un nuevo hábito. Las vacaciones sin embargo, si algo nos dan, es más tiempo para lo que queremos.
A la hora de introducir un nuevo hábito en nuestras vidas es muy útil empezar y continuar durante un cierto tiempo con el fin de crear más momento o inercia en esa dirección.
El momento nos servirá para elevar las probabilidades de que el hábito se integre en nuestras vidas. De ahí que si pasamos 15 días haciendo algo nuevo, el día 16, cuando volvamos, será más probable que continuemos con ello.
Algo más que tenemos que tener en cuenta para asegurarnos que continuamos con el hábito una vez de vuelta a la rutina del día a día:
- Recuerda el beneficio por el que lo quieres en tu vida.
- Elige hábitos que sean para siempre, no de época para conseguir un objetivo y ya está.
- Antes de empezar el nuevo día, define con claridad dónde vas a encajar el nuevo hábito.
4. Nos permiten desarrollar una habilidad consciente e intencionadamente
Las vacaciones son un momento extraordinario para asistir a un curso, perfeccionar un deporte, un idioma, desarrollar nuestras habilidades sociales, etc.
Mantener nuestra capacidad de aprender activa intencionadamente nos puede ayudar a despertar ilusión en nuestras vidas, a mantener nuestra mente abierta y a estar en mejor disposición para adaptarnos a los cambios con mayor facilidad.
Aunque en ocasiones experimentamos dificultad para aprender cuando somos más mayores no es debido a que hayamos perdido la capacidad de aprender sino a que aprendemos de otra manera. Elige formas de aprendizaje que estén basadas en la experiencia y verás cómo, además de aprender, te lo pasas genial.
5. Nos proporcionan momentos de reflexión
Este es sin duda mi preferido. Pararse a ver la vida de uno mismo. Cuando hacemos esto nuestra vida crece en profundidad. Pararse a celebrar lo que va bien, a apreciar tanto los éxitos como los fracasos y a elegir la dirección por donde continuar es una forma sencilla de vivir una vida con más sentido.
La reflexión es clave para vivir una vida intencionada, libre y auténticamente tuya.
Aquí los tienes, 5 formas de hacer de tus vacaciones algo más que descansar y desconectar.
Disfruta de tus vacaciones…. Y de tu día a día!
Recuerda que eres luz así que sal ahí fuera y brilla!!
Mónica García
Coach, Directora y Fundadora de El Factor Humano,
Centro de Innovación y Transformación Personal
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