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La Luz De La Época Estival, el Sol y el calor, los días y sus horas solares más largas. Todo un ritmo de rituales tradicionales de épocas muy ancestrales. La Noche de San Juan es ya, hoy en día un momentazo para los botellones colectivos a orillas de la mar, o en el campo, o en frente de las viviendas dónde residen personas nobles y trabajadoras y que DEBEN SOPORTARLO TODOS AL UNÍSONO, ORINES DERIVADOS INCLUIDO; aquí en Málaga las playitas aparecieron el veinticinco, al otro diíta, hechas una calamidad, repletotas de toda clase de vestigios residuales, olvidados "por cojone" de esos insufribles e indolentes ciudadanos de la Malaguita más vacilona. La Noche de San Juan no permite que se trate así a esa pequeña parte de su naturaleza playística, montanal o campestre ni vecinal atormentadísima hasta lo insoportable. Por muchos rituales o zampullidas bajo las saladas aguas y en la noche que hayan practicado todas esas personas ensuciadoras y estorsionistas de la acústica endiablada a las vecindades atormentadisimas, la magia no se apega a ellos seguro. Deberían escuchar a José Manuel García Bautista relatar sobre la autenticidad de celebrar la noche del veinticuatro de junio. ¿Qué se puede hacer quedada con alcoholes y musiquita a tope? . . . pues sí, pero bajo unas reglas de juego muy bien conocidas por todos a estas alturas, no hace falta que las nombre. Y hacer que se cumplan . . .