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Existen muchas posibilidades de que las fotografías en las que aparecen algún que otro espíritu, entidad, o bien fantasma sean auténticas y verdaderas. Desde el incipiente descubrimiento de las máquinas fotográficas han sido cuantiosas las pruebas que han dejado inmortalizado algún que otro espíritu. El fraude siempre está presente en casi todo en la vida, y en esto de los espíritus fotografiados no iba a ser menos. Existen programas como los que presentaba el doctor Fernando Jiménez del Oso, décadas atrás, en la que se dejan entrever unas cuantas pruebas realizadas en forma de fotografías muy antiguas, en las cuales están presentes esas apariencias ensombrecidas de ultratumba; comprobadas muchas de ellas, dan como resultado un veredicto afirmativo en cuanto a la veracidad o autenticidad de la prueba fotográfica. Hoy en día también está muy bien presente que en ciertas ocasiones y ante una fotografía que alguien realizó al libre albedrío, aparece alguien que, a tenor de quién la lanzó o realizó en su día se da por asentado que esa persona, figura extraña, o lo que fuera no estaba aquél día allí. En el programa de Íker Jiménez y Carmen Porter, La Nave del Misterio, se da un amplio conocimiento de este hecho tan reciente, y que al comprobarse en las propias fotografías que los oyentes envían al programa, y que se registran y comprueban por expertos la autenticidad o, quizás trucaje, que pudieran existir en alguna de estas pruebas.