Has elegido rechazar las cookies basadas en consentimiento que utilizamos principalmente para gestionar la publicidad. En adelante, para acceder a nuestra web tienes que elegir alguna de las siguientes opciones.
Premium
3,99 €/mes o 39,90 €/año
Sin publicidad y mucho más
Plus
Por 9,99 €/mes
Contenido exclusivo y sin publicidad
Si has cambiado de idea, puedes aceptar las cookies y continuar usando iVoox de forma gratuita.
Con tu consentimiento, nosotros y nuestros 813 socios usamos cookies o tecnologías similares para almacenar, acceder y procesar datos personales, como tus visitas a esta página web, las direcciones IP y los identificadores de cookies. Algunos socios no te piden consentimiento para procesar tus datos y se amparan en su legítimo interés comercial. Puedes retirar tu consentimiento u oponerte al procesamiento de datos según el interés legítimo en cualquier momento haciendo clic en ''Obtener más información'' o en la política de privacidad de esta página web.
Nosotros y nuestros socios hacemos el siguiente tratamiento de datos:
Almacenamiento y acceso a información de geolocalización con propósitos de publicidad dirigida, Almacenamiento y acceso a información de geolocalización para realizar estudios de mercado, Almacenar la información en un dispositivo y/o acceder a ella , Datos de localización geográfica precisa e identificación mediante análisis de dispositivos , Publicidad y contenido personalizados, medición de publicidad y contenido, investigación de audiencia y desarrollo de servicios , Uso de cookies técnicas o de preferencias.
Comentarios
Mucho bla bla poca sustancia
YO CREO QUE LOS MILAGROS EXISTEN porque: en referencia también a mi cuñada os escribo acerca de que ella siempre ha padecido de problemas respiratorios graves, y que en relación a esta situación patológica - agravada con otras debilidades, enfermedades en consecuencia de su situación de drogadicción - se ha escontrado en alguna ocasión demasiado grave. Cuento esta anécdota: aún yo no conocía a mi mujer - ella tendría unos quince años - y su hermana andaba por aquel tiempo ingresada muy crítica en el hospital clínico de la capital de Málaga. Por la noche y ante el agravamiento de la enferma, los médicos anunciaron un mal pronóstico para las próximas horas, con mal presagio para ella. Todo agravado por su aportación desgraciada de los estupefacientes. A mi esposa, una vecina le puso en las manos una estampa del Padre Pio para que cuando estuviese a los pies de su lecho en el hospital le pusiese la foto del santo bajo la almohada pidiéndole con fe en que la ayudase a ponerse bien. Al amanecer estaba sentada en la cama, con ganas de desayunar e irse de allí. Los médicos se asombraron de su pronta recuperación y ante la alegría colectiva nadie salía de su asombro. YO CREO EN LOS MILAGROS
YO DIGO QUE LOS MILAGROS EXISTEN porque: "cuando conocí a mi esposa en el noventa y nueve. me contaba al poco tiempo acerca de la triste vida de su hermana mayor que andaba en poder de la adicción a las drogas y padeciendo todo lo que circunda a este enorme problema. Desde el 14/05/99 se me sucedieron ciertos años contemplando el llanto amargo de mi mujer - sobre todo en los cumpleaños de su hermana - porque no sabía de la vida que llevaba su hermana en Marbella. Un día le planteé que con mucha fe viniese conmigo a visitar EL CRISTO DE CASTELLAR DE LA FRONTERA (Cádiz). Esta talla está provista de pelo largo humano sobre su testa y goza de una manera impresionante de ser muy milagroso desde mucho tiempo atrás; multitud de promesas y testimonios que se caen de las paredes de la capilla por su propio peso así lo atestiguan. Le comenté a mi mujer que le pidiese al SEÑOR con fervorosa fe que ayudase a su hermana a cambiar su mentalidad y que le encendiese unas velas que yo también le acompañaría en dicha petición al ALTÍSIMO. Llegamos un día de hace casi veinte años a dicho templo y cumplimos lo acordado. Pasaron unos diez meses desde aquella visita a Castellar y su hermana, como por extraño que parezca dió la primera señal. Mi suegra confirmó a mi esposa que su hermana estuvo en la casa pidiendo ayuda para ingresar en un centro de desintoxicación de estupefacientes. El centro evangélico BETEL la acogió, y por fin se recuperó totalmente. Hoy vive casada y madre de 3 hijos en Granada capital, telefonéa a diario a la familia y desde entonces no le apetece recordar el tema de su pasado. YO CREO EN LOS MILAGROS