nº 156: ¿Qué es la vida eterna?
La vida eterna comienza con el Bautismo. Va más allá de la muerte y no tendrá fin. [1020]
Cuando estamos enamorados no queremos que este estado acabe nunca. «Dios es amor», dice la primera carta de san Juan (1 Jn 4,16). «El amor», dice la primera carta a los Corintios, «no pasa nunca» (1 Cor 13,8). Dios es eterno, porque es amor; y el amor es eterno porque es divino. Cuando estamos en el amor entramos en la presencia infinita de Dios. 285
nº 157: ¿Seremos llevados a juicio después de la muerte?
El llamado juicio especial o particular tiene lugar en el momento de la muerte de cada individuo. El juicio universal, que también se llama final, tendrá lugar en el último día, es decir, al final de los tiempos, en la venida del Señor. [1021-1022]
Al morir, cada hombre llega al momento de la verdad. Ya nada puede ser eliminado o escondido, nada puede ser cambiado. Dios nos ve como somos. Llegamos ante su juicio, que todo lo hace «justo», porque, si hemos de estar en la cercanía santa de Dios, sólo podemos ser «justos» (tan justos como Dios nos quiso cuando nos creó). Quizá debamos pasar aún por un proceso de purificación, quizá podamos gozar inmediatamente del abrazo de Dios. Pero quizá estemos tan llenos de maldad y odio, de tanto «no» a todo, que apartemos para siempre nuestro rostro del amor, de Dios. Y una vida sin amor no es otra cosa que el infierno. 163
nº 158: ¿En qué consiste el cielo?
El cielo es el momento sin fin del amor. Nada nos separa ya de Dios, a quien ama nuestra alma y ha buscado durante toda una vida. Junto con todos los ángeles y santos podemos alegrarnos por siempre en y con Dios. [1023-1026, 1053]
Quien contempla a una pareja que se mira tiernamente; quien contempla a un bebé que busca mientras mama los ojos de su madre, como si quisiera almacenar para siempre su sonrisa, percibe una lejana intuición del cielo. Poder mirar a Dios cara a cara es como un único y eterno momento de amor.
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