nº 176: ¿Qué sacramentos se reciben solamente una vez en la vida?
El Bautismo, la CONFIRMACIÓN y el Orden sacerdotal. Estos SACRAMENTOS marcan al cristiano con un sello indeleble. El Bautismo y la Confirmación le convierten de una vez para siempre en hijo de Dios, semejante a Cristo. El Orden sacerdotal sella igualmente al cristiano de forma definitiva. [1121]
Del mismo modo que uno es y permanece siempre hijo de sus padres y no sólo lo es «a veces» o «un poco», mediante el Bautismo y la Confirmación uno se convierte también para siempre en hijo de Dios, semejante a Cristo y miembro de la Iglesia. Igualmente el Orden sacerdotal no es una profesión que uno ejerce hasta la jubilación, sino una gracia irrevocable. Dado que Dios es fiel, el efecto de estos sacramentos se mantiene siempre en el hombre, como receptividad a la llamada de Dios, como vocación, como protección. Por ello estos sacramentos no pueden ser reiterados.
nº 177: ¿Por qué los sacramentos presuponen la fe?
Los SACRAMENTOS no son magia. Un sacramento sólo puede tener efecto cuando se entiende y acoge en la fe. Los sacramentos no sólo suponen la fe, sino que también la fortalecen y la expresan. [1122-1126]
Jesús encomendó a los APÓSTOLES hacer a los hombres discípulos suyos en primer lugar mediante la predicación, es decir, despertar su fe y, sólo después, bautizarlos. Son por tanto dos las cosas que recibimos de la Iglesia: la fe y los sacramentos. Tampoco hoy se convierte uno en cristiano mediante un mero rito o por apuntarse en una lista, sino mediante la aceptación de la fe verdadera. Recibimos la fe verdadera de la Iglesia. Ella responde de ella. Dado que es la fe de la Iglesia la que se expresa en la LITURGIA, ningún rito sacramental puede ser modificado o manipulado a voluntad de un ministro o de la comunidad.
nº 178: Cuando un sacramento es administrado por una persona que es indigna, ¿pierde por ello su efecto?
No. Los SACRAMENTOS obran en virtud de la acción sacramental realizada (ex opere operato), es decir, independientemente de la actitud moral o de la disposición espiritual de quien los dispensa. Es suficiente con que quiera hacer lo que hace la Iglesia. [1127-1128,1131]
Los ministros de los sacramentos deben, en cualquier caso, llevar una vida ejemplar. Pero los sacramentos no son eficaces por la SANTIDAD de sus ministros, sino porque es Cristo mismo quien actúa en ellos. Ciertamente él respeta nuestra libertad al recibir los sacramentos y por eso sólo tienen eficacia positiva cuando nos abrimos a Cristo.
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