nº 183: ¿Por qué se interpreta música en las celebraciones y cómo debe ser la música para adecuarse a la Liturgia?
Donde las palabras no son suficientes para alabar a Dios, la música acude en nuestra ayuda. [1156-1158,1191]
Cuando nos dirigimos a Dios siempre hay algo inefable y algo que no expresamos. Ahí puede ayudarnos la música. En el júbilo, el lenguaje se convierte en canto, por eso los ángeles cantan. La música, en las celebraciones litúrgicas, debe hacer más hermosa e íntima la oración, debe tocar con hondura el corazón de todos los presentes, elevar hacia Dios y preparar una fiesta de tonalidades para Dios.
nº 184: ¿Cómo marca la Liturgia el tiempo?
En la celebración litúrgica el tiempo se convierte en tiempo para Dios.
A menudo no sabemos qué hacer con nuestro tiempo y nos buscamos un pasatiempo. En la Liturgia el tiempo se vuelve muy denso, porque cada segundo está lleno de sentido. Cuando celebramos el culto, experimentamos que Dios ha santificado el tiempo y que ha hecho de cada segundo un acceso a la eternidad.
nº 185: ¿Por qué se repite la Liturgia cada año?
Al igual que celebramos anualmente el cumpleaños o el aniversario de boda, así también la LITURGIA celebra en el ritmo del año los principales acontecimientos cristianos de la salvación. No obstante, con una diferencia decisiva: todo el tiempo es tiempo de Dios. Los «recuerdos» del mensaje y de la vida de Jesús son al mismo tiempo encuentros con el Dios vivo. [1163-1165,1194-1195]
El filósofo danés Soren Kierkegaard dijo en una ocasión: «O somos contemporáneos de Jesús o podemos dejarlo estar». El acompañamiento creyente del año litúrgico nos convierte verdaderamente en contemporáneos de Jesús. No porque nosotros nos imaginemos estar o podamos vivir exactamente en su tiempo y en su vida, sino porque él, si le hacemos espacio de este modo, entra en mi tiempo y en mi vida, con su presencia que sana y perdona, con la potencia de su Resurrección.
nº 186: ¿Qué es el año litúrgico?
El año litúrgico o año cristiano es la superposición del transcurso normal del año con los misterios de la vida de Cristo: desde la Encarnación hasta su retorno en gloria. El año litúrgico comienza con el Adviento, el tiempo de la espera del Señor; tiene su primer punto culminante en el ciclo festivo de la Navidad y el segundo, aún mayor, en la celebración de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo en la Pascua. El tiempo pascual termina con la fiesta de Pentecostés, el descenso del Espíritu Santo sobre la Iglesia. Las fiestas de la Virgen María y de los santos jalonan el año litúrgico; en ellas la Iglesia alaba la gracia de Dios, que ha conducido a los hombres a la salvación. [1168-1173,1194-1195]
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