nº 295: ¿Qué es la conciencia?
La conciencia es la voz interior en el hombre, que le exige hacer el bien y evitar el mal. Es, a la vez, la capacidad de poder diferenciar el uno del otro. En la conciencia, que es testigo de la Verdad, Dios habla al hombre. [1776-1779]
La conciencia es comparada con una voz interior en la que Dios mismo se muestra dentro del hombre. Es Dios quien se hace perceptible en la conciencia. Cuando decimos: «Esto no puedo conciliarlo con mi conciencia», para un cristiano quiere decir: «Esto no lo puedo hacer en presencia de mi Creador». Por fidelidad a su conciencia muchas personas han ido a la cárcel y han sido ejecutadas. ?120, 290-292, 312, 333
nº 296: ¿Se puede obligar a alguien a hacer algo contra su conciencia?
Nadie puede ser obligado a actuar contra su conciencia, mientras su acción se sitúe dentro de los límites del ?BIEN COMÚN [1780-1782, 1798]
Quien pasa por alto la conciencia de un hombre, la ignora y la presiona, atenta contra su dignidad. Pocas cosas hacen más hombre al hombre que el don de poder distinguir por sí mismo el bien del mal y poder elegir entre ellos. Esto es válido incluso cuando la decisión, vista desde la luz de la Verdad, es errónea. Si una conciencia se formó rectamente, la voz interior habla en coincidencia con lo que es razonable, justo y bueno ante Dios.
nº 297: ¿Se puede formar la conciencia?
Sí; es más, debemos hacerlo. La conciencia que todo ser humano tiene por nacimiento, puede ser conducida en mala dirección o adormecida. Por eso debe ser formada para llegar a ser un instrumento, cada vez más sensible, de la actuación justa. [1783-1788,1799-1800]
La primera escuela de la conciencia es la autocrítica, a la luz de la Verdad sinceramente buscada. Pues los hombres tenemos la inclinación a juzgar a favor nuestro.
La segunda escuela de la conciencia es la orientación al buen obrar de los otros.
La formación correcta de la conciencia conduce al hombre a la libertad de hacer el bien conocido rectamente. La Iglesia, con la ayuda del Espíritu Santo y de la Escritura, ha acumulado en su larga historia mucho conocimiento acerca del buen obrar; pertenece a su misión enseñar a las personas y darles también directrices. 344
nº 298: ¿Es culpable ante Dios alguien que actúa erróneamente, pero siguiendo su conciencia?
No. Si uno se ha examinado detalladamente y ha llegado a un juicio cierto, hay que seguir en cualquier circunstancia la propia voz interior, aun corriendo el riesgo de hacer algo equivocado. [1790-1794,1801-1802]
Dios no nos acusa del mal que se provoca por un juicio de conciencia erróneo no culpable. Por mucho que haya que seguir finalmente la voz de la propia conciencia, hay que ver claro que, invocando abusivamente una supuesta conciencia, en ocasiones se ha falsificado, asesinado, torturado y engañado.
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