nº 352: ¿Qué significa: «Yo soy el Señor, tu Dios» (Éx 20,2)?
Puesto que el Todopoderoso se nos ha mostrado como nuestro Dios y Señor, no debemos poner nada por encima de él, ni considerar nada más importante ni conceder a ninguna otra cosa o persona prioridad sobre él. Conocer a Dios, servirle, adorarlo es la prioridad absoluta en la vida. [2083-2094, 2133-2134]
Dios espera que le prestemos toda nuestra fe; debemos orientar toda nuestra esperanza a él y dirigir todas las fuerzas de la caridad hacia él. El mandamiento del amor a Dios es el mandamiento más importante de todos y la clave para todos los demás. Por eso está al comienzo de los diez mandamientos.
nº 353: ¿Para qué adoramos a Dios?
Adoramos a Dios por su existencia y porque la reverencia y la adoración son la respuesta apropiada a su aparición y a su presencia. «Al Señor, tu Dios, adorarás y a él solo darás culto» (Mt 4,10). [2095-2105, 2135-2136]
Pero la adoración a Dios sirve también al hombre, pues le libera del servicio a los poderes de este mundo. Donde ya no se adora a Dios, donde él ya no es reconocido como el Señor de la vida y de la muerte, otros usurpan su lugar y ponen en peligro la dignidad humana. ?485
nº 354: ¿Se puede obligar a los hombres a creer en Dios?
No. Nadie debe obligar a nadie a creer, ni siquiera a los propios hijos; así como tampoco debe ningún hombre ser obligado a la incredulidad. El hombre sólo puede decidirse a creer en total libertad. Sin embargo, los cristianos están llamados a ayudar a otras personas, mediante la palabra y el ejemplo, a encontrar el camino hacia la fe. [2104-2109, 2137]
El papa beato Juan Pablo II dice: «El anuncio y el testimonio de Cristo, cuando se llevan a cabo respetando las conciencias, no violan la libertad. La fe exige la libre adhesión del hombre, pero debe ser propuesta» (encíclica Redemptoris Missio 8,1990)
nº 355: ¿Qué significa «no habrá para ti otros dioses delante de mí»?
Este mandamiento nos prohíbe:
venerar a otros dioses o ídolos o adorar a un ídolo terreno o consagrarse enteramente a un bien terreno (dinero, influencia, éxito, belleza, juventud, etc.)
ser supersticiosos, es decir, en lugar de creer en el poder, la guía y la ?BENDICIÓN de Dios, depender de prácticas esotéricas, mágicas u ocultas o dedicarse a la adivinación o al espiritismo
tentar a Dios con palabras o con obras
cometer un SACRILEGIO
adquirir poder espiritual mediante corrupción y profanar lo santo a través del comercio (simonía). [2110-2128,2138-2140]
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