Lc 21, 25-28. 34-36
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Habrá signos en el sol y la luna y las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, perplejas por el estruendo del mar y el oleaje, desfalleciendo los hombres por el miedo y la ansiedad ante lo que se le viene encima al mundo, pues las potencias del cielo serán sacudidas.
Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube, con gran poder y gloria.
Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza; se acerca vuestra liberación.
Tened cuidado de vosotros, no sea que se emboten vuestros corazones con juergas, borracheras y las inquietudes de la vida, y se os eche encima de repente aquel día; porque caerá como un lazo sobre todos los habitantes de la tierra.
Estad, pues, despiertos en todo tiempo, pidiendo que podáis escapar de todo lo que está por suceder y manteneros en pie ante el Hijo del hombre».
Señales
Hola Jesús. Hace semanas que me llevas diciendo en el Evangelio que se acerca algo muy grande y que estemos preparados para lo que venga.
Hoy comienza el Adviento, y ya me dices que no va a ser un tiempo fácil: habrá tentaciones y situaciones que no sepa manejar.
Y ante esto, ¿cómo me respondes? Con ESPERANZA, sí sí, aquella que me cuesta ver. Me dices que vas a venir pero, no cuándo. Solo te pido que me ayudes a estar preparado para ese momento.
Que cuando nazcas el 25 de diciembre no te reciba como todos los años, que este 25 de diciembre sea EL 25 DE DICIEMBRE; quiero que sea el día que vengas a mi vida, que nazcas y te deje nacer en mí, pero ahora de verdad.
Hace semanas que han puesto en muchos sitios luces navideñas, ofertas en el súper, black friday, etc. Pero, ¿dónde estás tú en todo esto? ¿Dejo que todo esto me consuma o te dejo que seas el centro?
Levantar, alzar, cuidar, estar, orar, mantener. Todo esto está genial pero, ¿no serán muchas cosas Jesús? ¿Me dará tiempo a cumplir todo antes de que nazcas? Pues sí, porque haces nuevas todas las cosas.
Y pese a todo, ¡quieres volver a entrar en mi vida! ¡quieres volver a transformarme! Pero, ¿y yo? ¿dejo que entres en mi vida? ¿dejo que entres sin ponerte filtros ni condiciones?
Que tú, seas el que nazca en mí
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